Uno dimite y se excusa diciendo que sufre circunstancias personales sobrevenidas. Según el diccionario, una circunstancia sobrevenida es la que sucede después de otra, la que acaece de improviso o la que supone una oportunidad, hay donde elegir. De esta consulta se deduce que si uno dimite por circunstancias personales sobrevenidas es que dimite porque le ha pasado algo. ¿Y qué puede haberle pasado?
Por ejemplo, que sufra una investigación judicial por irregularidades en la gestión de Caixa Girona y en la gestión de su fundación. Su gestión, además, no ha sido muy afortunada, pues la caja gerundense ha acabado devorada por La Caixa después de intentar la fusión con otras cajas de ahorro y fracasar en el intento. Los nuevos gestores han arrugado las narices cuando han visto algunas de las actuaciones del caballero dimisionario, cuentan los periódicos.
Sin ir más lejos, el que se va admite haber comprado (con dinero de Caixa Girona) unos cuadros a una galería de arte para que los miembros del consejo de administración de la caja de ahorros se llevaran un recuerdo a casa (?). Los cuadros costaron más de 140.000 euros, y la galería que los vendió era propiedad del personaje en cuestión, qué casualidad. Aunque las sospechas de enriquecimiento irregular se extienden sobre todos los miembros del antiguo consejo de administración, han pillado a este caballero encargando trabajitos a amigos y familiares a diestro y siniestro, sin reparo alguno, y el nuevo encargado del patrimonio de Caixa Girona pasea con las manos en la cabeza. Se asegura que el asunto de la galería de arte es apenas un avance de lo que nos vamos a encontrar, pues se han vuelto a abrir expedientes judiciales cerrados en 2006 a la vista de la información recién descubierta. Que no es la primera vez, vamos. Veremos qué dice el juez y qué se descubre al fin.
Pero ¿de quién estamos hablando? Se llama Arcadi Calzada. Hacia el final del franquismo escribía en algunos periódicos y en la hoja parroquial de Olot, pero también fundó la Asamblea de Cataluña en la comarca de La Garrotxa. En 1977, se afilió a Convergència Democràtica de Catalunya, CDC, germen de Convergència i Unió (CiU). Dentro del partido ha ocupado importantes cargos: delegado comarcal, presidente de la intercomarcal, miembro de la ejecutiva del partido y consejero nacional, ahí queda eso. En 1995, se retiró de la política activa, pero es miembro de la Fundació Catalunya Oberta, una fundación en la órbita de CiU.
Ha sido o continúa siendo, agárrense, presidente de la Diputación de Girona, alcalde de Olot, presidente de la Asociación Catalana de Municipios y Comarcas, diputado en tres legislaturas seguidas (CiU), hasta que CiU abandonó el Gobierno. Fue vicepresidente del Parlamento de Cataluña. Más conocido será entre el común por haber sido vicepresidente del F.C. Barcelona y por ser todavía patrón del club. Más: miembro del consejo de administración de Túnels del Cadí, miembro de la Junta del Ateneo Barcelonés, Presidente de la Fundación del Hospital Josep Trueta, de Girona, presidente (hasta hace poco) de Caixa Girona y de su fundación, presidente del Consell d'Aigües de Girona, president de Polingesa (Polígonos Industriales de Gerona, SA), vicepresidente del Palau de la Música (¡ay!), vocal del patronato de la Fundació Internacional Josep Carreras, patrón de la Fundació Catalana per l'Esport, patrón de la Fundació Catalana per a la Recerca, patrón de la Fundació Vila Casas y hasta ahora director de la Fundació Príncep de Girona, relacionada directamente con la Casa Real, que no presta atención con quién se asocia. Aparte, tiene sus negocios de galerías de arte, edición e informática, que han resultado beneficiados por su actividad política y financiera. Uno de los nuestros.
Por ejemplo, que sufra una investigación judicial por irregularidades en la gestión de Caixa Girona y en la gestión de su fundación. Su gestión, además, no ha sido muy afortunada, pues la caja gerundense ha acabado devorada por La Caixa después de intentar la fusión con otras cajas de ahorro y fracasar en el intento. Los nuevos gestores han arrugado las narices cuando han visto algunas de las actuaciones del caballero dimisionario, cuentan los periódicos.
Sin ir más lejos, el que se va admite haber comprado (con dinero de Caixa Girona) unos cuadros a una galería de arte para que los miembros del consejo de administración de la caja de ahorros se llevaran un recuerdo a casa (?). Los cuadros costaron más de 140.000 euros, y la galería que los vendió era propiedad del personaje en cuestión, qué casualidad. Aunque las sospechas de enriquecimiento irregular se extienden sobre todos los miembros del antiguo consejo de administración, han pillado a este caballero encargando trabajitos a amigos y familiares a diestro y siniestro, sin reparo alguno, y el nuevo encargado del patrimonio de Caixa Girona pasea con las manos en la cabeza. Se asegura que el asunto de la galería de arte es apenas un avance de lo que nos vamos a encontrar, pues se han vuelto a abrir expedientes judiciales cerrados en 2006 a la vista de la información recién descubierta. Que no es la primera vez, vamos. Veremos qué dice el juez y qué se descubre al fin.
Pero ¿de quién estamos hablando? Se llama Arcadi Calzada. Hacia el final del franquismo escribía en algunos periódicos y en la hoja parroquial de Olot, pero también fundó la Asamblea de Cataluña en la comarca de La Garrotxa. En 1977, se afilió a Convergència Democràtica de Catalunya, CDC, germen de Convergència i Unió (CiU). Dentro del partido ha ocupado importantes cargos: delegado comarcal, presidente de la intercomarcal, miembro de la ejecutiva del partido y consejero nacional, ahí queda eso. En 1995, se retiró de la política activa, pero es miembro de la Fundació Catalunya Oberta, una fundación en la órbita de CiU.
Ha sido o continúa siendo, agárrense, presidente de la Diputación de Girona, alcalde de Olot, presidente de la Asociación Catalana de Municipios y Comarcas, diputado en tres legislaturas seguidas (CiU), hasta que CiU abandonó el Gobierno. Fue vicepresidente del Parlamento de Cataluña. Más conocido será entre el común por haber sido vicepresidente del F.C. Barcelona y por ser todavía patrón del club. Más: miembro del consejo de administración de Túnels del Cadí, miembro de la Junta del Ateneo Barcelonés, Presidente de la Fundación del Hospital Josep Trueta, de Girona, presidente (hasta hace poco) de Caixa Girona y de su fundación, presidente del Consell d'Aigües de Girona, president de Polingesa (Polígonos Industriales de Gerona, SA), vicepresidente del Palau de la Música (¡ay!), vocal del patronato de la Fundació Internacional Josep Carreras, patrón de la Fundació Catalana per l'Esport, patrón de la Fundació Catalana per a la Recerca, patrón de la Fundació Vila Casas y hasta ahora director de la Fundació Príncep de Girona, relacionada directamente con la Casa Real, que no presta atención con quién se asocia. Aparte, tiene sus negocios de galerías de arte, edición e informática, que han resultado beneficiados por su actividad política y financiera. Uno de los nuestros.
Otro gran exponente de la Cosa Nostra que pronto volverá de nuevo al Gobierno de Cataluña. Los espero ansioso, muy ansioso, a ver cuánto me cuestan esta vez.
ResponderEliminarPor cierto, para los lectores independentistas, les recomiendo un viaje a Rumania para que comprueben qué ocurre cuando le das un país a gente de esta calaña.
¿Cuarta economía de la UE, que dicen por ahí? Permítanme que me descojone.
Saludos desde Bucarest
Casa Nostra, Carlos, Casa Nostra... La Cosa Nostra es otra cosa.
ResponderEliminarAñado que no hace falta irse a Rumanía ni tener ninguna filiación política determinada para ver que la cosa no pinta bien. Sólo hay que tener ojos en la cara.