Sam Mendes (director de American Beauty, ¿se acuerdan?) iba a ser el nuevo director de la vigésimo tercera película oficial de James Bond, con Daniel Craig como 007, pero el asunto se ha torcido. ¿Por qué? Porque la Metro (Metro Goldwyn Mayer) no sabemos si saldrá de ésta y la productora, Barbara Broccoli, no tiene con qué financiar la nueva película. El guionista, Peter Morgan, hace ya tiempo que escribe otros guiones y no parece que vaya a ponerse escribir mañana sobre las aventuras del espía británico.
Mientras tanto, en las oficinas del Ejecutivo Especial de Contrainteligencia, Terrorismo, Venganza y Extorsión (que conocerán por el acrónimo en inglés, SPECTRE) vuelan los tapones de champagne. Los villanos celebran el contratiempo del agente más famoso del mundo con Bollinger, por hurgar en la herida. No hemos tenido nada que ver en este asunto, declara Ernst Stavro Blofeld, pero ¿qué quiere que le diga? Hay que celebrarlo. El señor Blofeld miente como un bellaco, naturalmente, pero es lo que le toca.
En los mentideros de la inteligencia se menciona que el señor Bond, James Bond, se desplaza ahora en clase turista y bebe cubatas en Lloret, añorando las partidas de baccara de Montecarlo.
Mientras tanto, en las oficinas del Ejecutivo Especial de Contrainteligencia, Terrorismo, Venganza y Extorsión (que conocerán por el acrónimo en inglés, SPECTRE) vuelan los tapones de champagne. Los villanos celebran el contratiempo del agente más famoso del mundo con Bollinger, por hurgar en la herida. No hemos tenido nada que ver en este asunto, declara Ernst Stavro Blofeld, pero ¿qué quiere que le diga? Hay que celebrarlo. El señor Blofeld miente como un bellaco, naturalmente, pero es lo que le toca.
En los mentideros de la inteligencia se menciona que el señor Bond, James Bond, se desplaza ahora en clase turista y bebe cubatas en Lloret, añorando las partidas de baccara de Montecarlo.
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