Repito fotografía. La había empleado hace ya dos años, pero sigue siendo genial.
Ay, San Cristóbal, socórrenos, que este año no nos vamos a comer un rosco. Ferrari ha hecho lo que ha podido, pero qué poco puede. Sexto y séptimo, y gracias. Los Mercedes, intratables, hasta el punto que sólo seis coches han acabado la carrera en su misma vuelta. El último de ellos, un Ferrari, a ochenta y pico segundos de distancia, que ahí es nada.
La carrera no ha sido entretenida. Tampoco se pretendía que lo fuera. El circuito es técnico y da poco juego a los adelantamientos. Pero este año es peor que los anteriores.
Sigue entretenida la polémica sobre el nombre del circuito. El nombre Cataluña no vende en el extranjero, es apenas conocido. Vende mucho, pero mucho más, la marca Barcelona. Andan todos a vueltas sobre cómo ha de llamarse el circuito, si de Cataluña, como hasta ahora, si de Barcelona, aunque esté en Montmeló, si de Barcelona y Cataluña o de Cataluña y Barcelona, etcétera. Ahora mismo, se corre el Gran Premio de España de Fórmula 1 en el Circuito de Barcelona y de Cataluña, en Montmeló. Pero todo cambia y esto acabará como el nombre del MNAC o el del Barcelona World. Si no, al tiempo.
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