El otro día me quedé de una pieza viendo esto:
Allá en lo alto, subiendo unos sobre otros.
Son treinta y ocho danzarines de Els Minyons de Terrassa, una agrupación folclórica catalana. A toque de chirimías han levantado una torre humana (un pilar de cuatro, dicen) en lo alto de un pico rocoso de Montserrat, que llaman La Mòmia.
Uno de ellos, menor de edad, subió arriba del todo y tomó estas imágenes:
Filmación realizada desde el casco del menor.
Se aprecian, en efecto, los arneses.
No es la primera vez que se baila una de estas danzas en lo alto de una de las rocas de Montserrat, pero ésta ha sido sonada. Lo más sorprendente del caso, desde mi particular punto de vista, es que nadie ha prestado atención al detalle de los menores de edad que han participado en este ejercicio de estupidez y folclore (redundancia).
Ésta otra torre la realizó una agrupación folclórica de Vilanova i la Geltrú.
Éstos creo que no llevaban arneses, vaya por Dios.
A lo que yo respondí que este señor, también en Montserrat, iba con casco.
Cayendo-volando a través de la Roca Foradada.
Pero con casco.
Me cuesta comprender a un padre (a una madre) que cede encantado su hijo para que participe en estas manifestaciones folclóricas. Por si no fuera motivo suficiente, este baile ejecutado exclusivamente por mayores de edad tendría mucho más mérito artístico y gimnástico, sería más notable y digno y si uno acaba rompiéndose la crisma, allá él, por tonto. Esta observación que tengo por profundamente sentida y razonada, incluso razonable, es respondida con acritud. Si la dejo ir aquí, en El cuaderno de Luis, es porque sé que nadie me lee y diga lo que diga, pasaré desapercibido.
Pero, ¿saben?, me gustaría tener poder para prohibir esta locura y castigar a los responsables, deseo que será inmediatamente calificado con palabras de mal oír, ya verán ustedes.
Pero, ¿saben?, me gustaría tener poder para prohibir esta locura y castigar a los responsables, deseo que será inmediatamente calificado con palabras de mal oír, ya verán ustedes.
A mí siempre me ha parecido una temeridad e irresponsabilidad,pero es una "tradició catalana" y como tal sagrada e intocable.
ResponderEliminarLo que hacen con las gimnastas chinas también merecería un apunte. En general, cualquier cosa y en cualquier parte que ponga en apuros a un niño con la simple excusa de la tradición es una burrada.
ResponderEliminar