Taxi, Taxi Uber Alles...


Se ha demostrado que una manifestación puede acabar a palos sin que intervenga la policía. Ha ocurrido en Barcelona, estos días, ante la impávidez de las fuerzas del orden.

Las imágenes hablan por sí solas. Un grupo de taxistas en huelga pilla a un taxi que hacía una carrera y lo toman al asalto. A patadas, golpes y pedradas, dejan el vehículo para el planchista y revientan los cristales laterales y el parabrisas trasero y delantero. El taxista esquirol acaba lesionado y se demuestra que en las manifestaciones puede haber heridos sin necesidad de que intervenga la policía, que no intervino para nada mientras se desató tanta violencia. 

Me cuentan que la huelga de ayer fue salvaje y recurrió a la violencia sin rubor. Se cuentan varios heridos, varios vehículos quedaron hechos unos zorros, no se respetaron los servicios mínimos y el público, completamente desinformado, se preguntaba por qué.

¡Esquirol! ¡Esquirol! ¡A por él! ¡Hay que matarlo! Etc.

El porqué es un programa informático pensado para el esmarfón. El programa se llama Uber. Cito a la propia empresa: Uber es una aplicación de móvil que pone en contacto a usuarios que buscan fórmulas de consumo colaborativo y una manera más económica de desplazarse. (Más información en https://www.uber.com/.)

Funciona tal que así. Yo quiero ir de A a B, escribo A y B en el formulario del programa, que traza la ruta y me pone en contacto con uno o más conductores que me llevan de A a B a cambio de un precio fijado de antemano. De hecho, puedo escoger entre varios conductores, si se ofrece más de uno. Todos esos conductores se han apuntado antes a Uber. 

El viaje de A a B suele ser más rápido y barato que el servicio de taxi convencional. Pero, para que Uber funcione bien, necesita una masa crítica de conductores y usuarios. 

Aplicación de Uber para el taxi de Nueva York.
Uber funciona en 37 países, en más de 143 ciudades.

¿Qué ha conseguido la huelga de los taxistas? En número de descargas en Apple España, uno tenía que bajar hasta el puesto 438 para encontrar Uber el día anterior a la huelga. En cristiano, no la conocía nadie. En España, sólo se había activado en Barcelona, con pobres resultados. Durante la huelga ¡fue la aplicación más vendida! Hoy, Uber es la cuarta aplicación más vendida para los esmarfones de Apple. Es decir, la huelga ha dado a conocer Uber. ¡Y de qué manera!

ABC publicaba este gráfico que dice que durante la huelga la aplicación de Uber pasó de ser la 350.ª más descargada (aproximadamente) a ser la más descargada de todas. El día anterior ocupaba el puesto 438.º y no la conocía nadie, nadie.

Nadie en España sabía qué era o para qué servía Uber hasta que los taxistas se han puesto en pie de guerra. La propaganda que han hecho los taxistas de Uber no tiene igual y los expertos dicen que si siguen las protestas, se incrementará exponencialmente el valor de Uber en el mercado, puesto que crecerá su conocimiento y más y más gente querrá utilizarlo. Si es verdad que me ahorro tanto dinero en taxis... Los expertos añaden que es un caso típico de inadaptación a las nuevas tecnologías y siguen diciendo cosas y cosas que no entiendo, pero que pintan la huelga como el más grave error que podrían haber cometido los taxistas.

¿Han cometido un error? Pues, sí. Hasta ayer yo no sabía qué era el Uber. Hoy tengo curiosidad de verlo. Como yo, miles de usuarios potenciales. ¡Mal asunto!

Pero los taxistas tienen sus razones. Los taxistas afirman que una licencia de taxi en Barcelona cuesta 120.000 euros (¡c...!). Entre eso y la crisis, que les obliga a trabajar más horas para hacer menos carreras... ¡Sólo faltaba Uber! 

Además, como el taxi es un servicio público (repito, un servicio público), el taxista tiene unas servidumbres que el conductor de Uber no tiene. El cliente, como usuario del un servicio público, también tiene seguridades y derechos que le protegen y amparan, que no tiene empleando Uber. 

A un conductor de Uber le puede caer encima toda la caballería si se demuestra que está haciendo el taxi sin tener licencia; es decir, si se demuestra que transporta personas de aquí para allá en su coche con intención de lucro y sin los permisos reglamentarios para ejercer de chófer de alquiler; pero si argumenta que sólo llevaba a una persona de un sitio al otro y esa persona, a cambio, accede a compartir el gasto del vehículo... ¡Eso es otra cosa! No es sancionable. Es más, ¡cuánto han trabajado las autoridades para que sea así!

Fíjense. La Generalidad de Cataluña, a través del Instituto Catalán de Energía (ICAEN), lleva más de veinte años fomentando el uso compartido del automóvil. Las aplicaciones para esmarfones se han adelantado a este proyecto tan largamente acariciado y nunca conseguido (por razones que podrán suponer, pero que hoy no confesaré). Uber es exactamente lo que ha estado buscando todo este tiempo el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalidad de Cataluña o tutti quanti que trabaja a favor del ahorro de energía en el uso del automóvil, ni más ni menos. Además, la Comisión Europea se manifestó ayer a favor del transporte compartido y acusó a los taxistas de no querer adaptarse a los tiempos (sic).

Los taxistas responden argumentando el taxi es un servicio público. Dar carta blanca a servicios como Uber sería como liberalizarlo completamente, del todo, sin necesidad de licencias, permisos o seguros, una selva en la que cada uno se las apaña como puede y si las cosas se tuercen, como dijo Herodes, te jodes (va por el pasajero). El desamparo del usuario sería, en efecto, un buen argumento, pero han preferido partirle la cara al primer esquirol que se les ha cruzado en el camino y reventarle el coche a patadas. En el fondo, una reacción tan profundamente hispana... ¡Tan nuestra!

Uber nació como una aplicación para conseguir vehículos de lujo para ir de un sitio al otro. Se adaptó a la idea de compartir vehículos y hoy funciona (muy bien) una aplicación especial para taxistas con licencia. Sin embargo, lejos de cooperar, los taxistas se han enfrentado al progreso y la huelga de taxis europea ha hecho que Uber haya conseguido una financiación muy por encima de las expectativas en los mercados financieros internacionales (hablamos de miles de millones de dólares) y que su valor en bolsa sea ahora uno de los más altos del sector de las TIC de todo el mundo. Ha batido todas las marcas y la huelga ha afianzado su éxito. Tal cual.

Resumo. Los taxistas europeos han hecho todo lo posible para hacer publicidad y propaganda de Uber. Si hubieran querido, no podrían haberlo hecho mejor. Éste será un caso de libro que se estudiará en las escuelas de comunicación, propaganda y publicidad. Ya verán como sí. 

Taxi, taxi, Uber Alles...

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