Cupido, Eros para los amigos, es hijo de Venus y un pillo de mucho cuidado. Arco en mano, dispara dardos envenenados de deseo y concupiscencia al primero que pasa, por puro capricho. Aquí lo tenemos, tensando el arco, maquinando quién sabe cuántas travesuras. Amor omnia uincit, dice el refrán, y qué le vamos a hacer.
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