El monumento al Dr. Robert es obra de Josep Llimona. Se alzó en 1904 en la Plaza Universidad. El franquismo ordenó echarlo abajo, porque el Dr. Robert había sido fundador de la Lliga Regionalista y por tanto, rojo-separatista, cuanto menos. Pero alguien se tomó la molestia de desmontar el monumento, pieza a pieza, y guardarlo en algún almacén. Allá durmió el sueño de los monumentos olvidados hasta que se reconstruyó en 1988, en la Plaza Tetuán, donde sigue.
Es un monumento épico, heroico, wagneriano. El campesino que sostiene la hoz y abre paso a la juventud recuerda algún héroe socialista, y los cuerpos adolescentes desnudos, las películas de Riefenstahl. Comparte plaza con una fuente dedicada a la sardana, que se ve ninguneada ante la furia de las valquirias llimoneras y pasa tan desapercibida, pobrecita, que nadie acierta dónde está.
Es un monumento épico, heroico, wagneriano. El campesino que sostiene la hoz y abre paso a la juventud recuerda algún héroe socialista, y los cuerpos adolescentes desnudos, las películas de Riefenstahl. Comparte plaza con una fuente dedicada a la sardana, que se ve ninguneada ante la furia de las valquirias llimoneras y pasa tan desapercibida, pobrecita, que nadie acierta dónde está.
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