Sanidad para ricos y para pobres


Transporte sanitario para pobres. Chachi, ecológico y sostenible.

He escrito no hace mucho un apunte sobre don Jordi Pujol, que ha renunciado a la tarjeta sanitaria por no querer pagar a la Seguridad Social 1.864 euros. Pueden verlo en:


Uno de mis lectores me ha llamado la atención sobre este asunto. El verdadero escándalo no es lo que ha hecho don Jordi Pujol, sino que pueda hacerlo.

Que esto va mal es público y notorio. Para intentar remediar alguna cosa, el Gobierno de España propuso que los pensionistas con una renta anual superior a 100.000 euros pagaran 1.864 euros al año a la Seguridad Social para poder disfrutar de su tarjeta sanitaria. Si no pagan, se les retira la tarjeta. Esta medida afecta a 7.000 españoles.

¿Han pillado la trampa?

En primer lugar, ese pago es siempre inferior al 2% de la renta. De media, inferior al 1%. En cambio, si usted cotiza en la Seguridad Social, ¿qué tanto por ciento de su sueldo dedica a pagarla? ¿Por qué los pobres acaban siempre pagando más que los ricos?

En segundo lugar, he aquí el escándalo, esta cotización es voluntaria. ¡Voluntaria! Es decir, los 7.000 jubilados más ricos de España pueden decidir si cotizan o no cotizan a la Seguridad Social. ¿Dónde se ha visto?

Es cierto que los demás jubilados y pensionistas no cotizan, pero su renta media está no por debajo, sino muy por debajo de los 100.000 euros de renta al año. Pregúntense a cuánto asciende la pensión media en España. Les diré a cuánto, a unos 10.000 euros al año. Eso, con suerte.

Defiendo que la tarjeta sanitaria debería de ser gratuita y universal, pero este impuesto es (tendría que ser) una medida excepcional que afecta en muy poco a la renta de muy pocas personas en tiempos de crisis. Son pensionistas con una renta diez, veinte, cien veces mayor que la de nuestros abuelos. ¿En qué les puede afectar una tasa de 1.864 euros al año? En poco.

Sobre el motivo de escándalo, no me escandaliza demasiado que Jordi Pujol sea uno de los 7.000 jubilados más ricos de España. Lo imaginaba. Tiene su lógica.

Pujol fue el banquero de más éxito durante el tardofranquismo y el caso Banca Catalana saltó a los juzgados porque el Consejo de Administración se repartía cientos de millones de pesetas cuando los accionistas se arruinaban y las cifras de pérdidas superaban cualquier previsión (en euros de hoy en día, los casos Bankia y Banca Catalana serían casi idénticos). Aunque el negocio se vino abajo, la familia Pujol había ganado mucho dinero mientras tanto y todos sabemos que veintitantos años de presidencia de la Generalidad de Cataluña son mano de santo para los negocios de la familia. Que sea rico no me escandaliza; el cómo, puede que sí.

Pero sí que es motivo de escándalo que don Jordi Pujol pueda escoger abandonar el sistema de Seguridad Social y de más escándalo todavía que decida abandonarlo, él, precisamente él, que tendría que dar ejemplo, ya que tanto habla de patrias y predica el cristianismo en política, se define a sí mismo como el máximo defensor del socialcristianismo en Europa (este mes, en La Vanguardia, sic) y ya ven, a la primera oportunidad de poner en práctica sus ideas...

Cuando se comporta así (de)muestra verdaderamente quién es.

Con todo, el caso Pujol es la anécdota. En el fondo, qué más da lo que haga ese tipo que arruinó a tanta gente. No me importa. El verdadero escándalo es que los millonarios puedan decidir no cubrir los gastos de la Seguridad Social, cuando deberían ser obligados a ello.

Ser ricos les da derecho a no pagar, ahí queda eso.


1 comentario:

  1. Pues no se pierdan el enlace que publican en la web del "Centre d'Estudis Jordi Pujol", de un articulo del Guardian:"Els banquers haurien de ser empresonats per conductes temeràries". http://www.jordipujol.cat/ca/cejp/articles/14392
    Cinismo en estado puro...

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