Ay, Señor, qué susto. Eso le pasa por correr, dirán. A la segunda vuelta, a Raikkonen, que va con Ferrari, no se le ocurre nada más que darse un trompazo de padre y señor mío. ¡Patapaf! Eso, en Silverstone, que no es moco de pavo, que allá los coches no corren, vuelan. Se llevó por delante al Williams de Massa, pero parece que no se hicieron daño, y que cada uno de ellos, con el susto en el cuerpo, preguntaba qué le había pasado al otro.
Por lo demás, la carrera fue un tanto irregular e interesante, por eso mismo. Un fallo de estrategia en las clasificaciones había enviado a los Ferrari a la cola en la salida. Raikkonen se la pegó, pero Alonso llegó a ser quinto (acabó sexto). Vettel volvió a quedar detrás de Ricciardo, ganó Hamilton, un Williams llegó segundo... En fin, que no estuvo nada mal.
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