Amenaza de catástrofe nacional

¡Este modelo de televisión no es el mío!, exclamó doña Mònica Terribas, presidenta de TV-3, la televisión autonómica catalana. Según el portavoz del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, el señor Homs, la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales dejará de percibir en 2012 cuarenta millones de euros, euro más o menos. Como ya arrastra un déficit de veintiún millones en lo que llevamos de año, el año que viene tendrá que ahorrar esos cuarenta millones y veintitantos más. Es, para hacernos a la idea, más de lo que cuesta mantener completamente operativo un hospital digno de una capital de provincia.

Del déficit acumulado, una burrada, nadie sabe nada.

Lo dicho, a la señora Terribas le dio un pronto y exclamó que ésa no era su televisión. No sólo dijo eso, sino que profirió amenazas al Gobierno y a la ciudadanía. Con estos números, TV-3 debería renunciar a la liga de fútbol, dijo.

En román paladino, ésa es una amenaza de catástrofe nacional, la de quedarnos sin fútbol los sábados por la noche en TV-3 si no le dan la pasta.

Es una maniobra desesperada. Juega fuerte, la señora Terribas. Ahora bien, si no es éste su modelo de televisión, si no está de acuerdo con el Gobierno, ¿por qué no dimite?

Mientras buscamos una respuesta, más preguntas. Un periodista preguntó cuánto dinero cuesta a los catalanes que TV-3 retransmita los partidos de la Liga Española de Fútbol Profesional. La respuesta de los directivos de la televisión catalana presentes en la rueda de prensa no tiene desperdicio: Si nunca hemos dado estos datos, ¿por qué se los tenemos que dar ahora? ¡Manda güevos!

Porque, en efecto, no se sabe cuánto cuesta el fútbol en TV-3. Es el secreto mejor guardado de una contabilidad que tendría que ser pública. Se puede estimar el coste de otras retransmisiones porque se compran conjuntamente con otros canales de televisión. Así, las retransmisiones de la Fórmula 1 cuestan a TV-3 entre tres y cinco millones de euros al año, y las de la Copa de Champiñones, cinco millones al año, ya que pagaron quince por adelantado. Cuando el Barça juega la final de esta copa, TV-3 desplaza a cientos (sic) de colaboradores e invitados hasta donde sea, a cuerpo de rey. Es lo que ha hecho siempre, con un coste de aúpa, pero que no se incluye en el total mencionado.

¿Y cuánto cuesta el partido del sábado por la noche?

Según los profesionales del sector audiovisual, TV-3 no paga menos de cuarenta millones de euros al año por retransmitir esos partidos. ¡Cuarenta millones...! Además, no sabemos cuánto dinero paga al F.C. Barcelona por derechos de imagen, y no debe de ser poco, porque es otro secreto secretísimo guardado bajo cerrojo. En resumen, TV-3 gasta en fútbol lo que no hay para mantener operativo un hospital de capital de provincia, repito.

Pues ¿saben qué les digo? Que cuando la señora Terribas amenazó con quitar el fútbol de TV-3 exclamé ¡Ojalá! y rezo para que así sea. ¡Me darían una alegría tremenda! Y si suprimieran el fútbol como protagonista absoluto de los telediarios y lo redujeran al mismo tiempo de pantalla que otros deportes, como el atletismo, el piragüismo o la hípica, mejor. ¡Cuánta felicidad...!

Pero, ay, mis deseos no se verán cumplidos, porque el fútbol es uno de los instrumentos más efectivos para promocionar la estulticia nacional. Por eso, queda por ver si se materializa la catástrofe catalano-futbolera anunciada por doña Mònica Terribas. Porque dimitir, ya verán ustedes, no dimitirá, pese al déficit de decenas de millones de euros que ha acumulado durante su mandato.

1 comentario:

  1. ¡Dios te oiga y quiten el fútbol de la TV!

    Aunque estoy contigo, la trapacería continuará pues no parece tener límites...

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