La tela de araña

El horror del nacionalsocialismo se consuma en los campos de concentración, pero viene de lejos. A fin de cuentas, una vez se decide el genocidio, lo que queda es un problema de logística e ingeniería, perdonen la franqueza. Lo realmente horrible, el meollo de la barbarie, lleva tiempo cociéndose. Una vez se asientan las bases del odio, el resto es una pura consecuencia.

Roth, Joseph Roth, no confundamos con otro Roth, es uno de los mejores escritores que ha conocido el siglo XX. Su biografía, también su literatura, viene marcada por la política. Vive el fin del Imperio Austro-Húngaro, que se desintegra después de la Gran Guerra y una larga decadencia. Era judío, reportero en la recién Unión Soviética, en Berlín... En 1933, la victoria del nacionalsocialismo le impone el exilio. Morirá en 1939, en París, alcoholizado y destrozado. Su letra es impecable e implacable. Nos avisó del peligro, de la terrible amenaza que se cernía sobre Europa, pero ¿quién prestó atención a sus quejas?

La tela de araña, que publica Acantilado y traduce Javier Orduña, es su primera novela. La publicó por capítulos en un periódico de Viena, entre octubre y noviembre de 1923. Su protagonista, Theodor Lohse, es un personaje mediocre, engreído, egoísta... La tela de araña narra su introducción en la derecha nacionalista alemana, su ascenso en ella, la organización de las tropas de asalto, el odio político, racial y nacional, la corrupción, la insondable podredumbre y vaciedad de los nacionales...

Nos pone los pelos de punta la aparición de Hitler en medio del relato, y el interés que Lohse muestra por el nacionalsocialismo. El Lohse que Roth describe tiene mucho de Hitler, pero mucho más de los numerosos alborotadores de la derecha nacionalista alemana. Se nota muchísimo que Roth era periodista, y de los buenos. Dejando a un lado sus incontestables méritos literarios, que los tiene, La tela de araña nos dibuja el futuro de Alemania con una precisión que todavía nos deja pasmados.

Como dije, Roth publicó La tela de araña en 1923. Días después, Hitler y Ludendorff protagonizan un pronunciamiento en Munich, con la intención de hacerse con el poder en Alemania. Fracasan estrepitosamente, aunque es entonces cuando la estrella de Hitler comienza a eclipsar a los otros líderes nacionalistas alemanes. Mientras Roth escribe Hotel Savoy, una novela magnífica, Hitler escribe Mein Kampf, un panfleto deleznable. Diez años después, los libros de Roth serán quemados en público por las Juventudes Hitlerianas y la bazofia del Mein Kampf será ensalzado como la cumbre del ensayo político europeo. Roth tendrá que abandonar Alemania con lo puesto por judío y por avisar con tiempo de la maldad oculta en la derecha nacionalista alemana. Negras nubes se ciernen sobre Europa.

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