La primera fumata del cónclave de 2013 vuelve a mostrarnos unos señores cardenales poco hábiles con el manejo de las estufas. La humareda negra fue tan espesa que más de uno creyó que habían pegado fuego a la Capilla Sixtina. Quizá tuvieron problemas con el hollín, pero me extraña, porque la chimenea era nueva.
Seguiremos informando.
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