Un Pz. III en el frente ruso, en 1941.
Caen las primeras nieves.
La historia que sigue es cierta. En noviembre de 1941, comenzó a nevar en el frente ruso y los campos se pintaron de blanco. Pero los tanques y demás vehículos alemanes eran todos de color gris oscuro (RAL 7021) y venían así pintados de fábrica. Años antes, los soldados españoles bautizaron negrillos a los carros de combate que trajo consigo la Legión Cóndor, tan oscuro era ese color gris.
Ahora imagínense a esos vehículos en la nieve. El RAL 7021 era inadecuado para el invierno. Lo mejor del cuento es que los alemanes sabían esto desde los años treinta, porque también nieva en Alemania. Pero a nadie se le ocurrió que necesitarían mimetizar sus vehículos en invierno con algo de pintura blanca. ¡A nadie!
La nieve en el frente ruso hizo saltar todas las alarmas. Los oficiales de intendencia descubrieron que no había existencias de pintura blanca. Así que la encargaron. Eso quería decir que ese invierno no habría pintura blanca para todos, así que dedicaron toda la que pudieron conseguir para cubrir de blanco los carros de combate (panzer) y poco más.
Una columna de Pz. III recién pintados con la pintura traída de Alemania.
Si se fijan, verán que la pintura se ha aplicado a escobazos.
La necesidad hizo que los soldados alemanes echaran mano de cualquier cosa. Emplearon yeso y cal para blanquear los carros, incluso emplearon sábanas. Finalmente llegaron los botes de pintura de Alemania.
Otro Pz. III. Observen cómo se le ha escurrido la pintura blanca.
La pintura que se enviaba al frente venía en polvo y se disolvía con agua. ¡Con agua! Y cómo sería esa pintura que tan pronto se ponía a llover caían chorretones de pintura blanca y dejaban al descubierto el gris oscuro casi negro que intentaba disimular. Un carro blanco recién pintado quedaba hecho unos zorros a los dos días de quedarse a la intemperie.
¿Quieren saber lo mejor? Tampoco había pinceles ni pistolas de pintura. Los soldados pintaban con escobas y como podían.
Éste es un Pz. 38 (t). Como verán, la pintura se aplicaba como se podía.
En febrero de 1943, el Alto Mando Alemán cambió el color de base de los vehículos alemanes, que dejaría de ser gris oscuro para ser una especie de ocre amarillento (RAL 7028). Esta vez, la pintura se disolvía en gasolina o diésel, aunque también podía disolverse en agua, y no se escurría con la lluvia. No fueron previsores, pero aprendieron la lección.
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