Se acabó lo que se daba


Sí, queridos lectores, se acabó lo que se daba, se acabaron las vacaciones, se abandona el Paraíso mientras el ángel de la espada flamígera le echa a uno a puntapiés, gritando aquello de no hay que hacer el vago, hay que ganar el pan con el sudor de la frente y otras zarandajas por el estilo. Como dijo Unamuno, me vences, pero no me convences.

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