Seguro que han oído por ahí que tanto inmigrante suelto es una amenaza a nuestro sistema de Seguridad Social y al Estado del Bienestar en general. Se quedan con los pisos de protección oficial, copan los hospitales, privan a los nativos de las ayudas y subvenciones que tanto precisan... ¡De ahí tantos recortes sociales! Pero ¿qué hay de verdad en todo esto?
Veamos los datos oficiales: los inmigrantes dados de alta (ocupados y cotizando) en el sistema de Seguridad Social en España son 1.777.438. Cataluña y la Comunidad de Madrid suman casi el 44% de este total, con más de 380.000 inmigrantes cada una.
Según La contribución de los inmigrantes a la economía española, un informe de la Fundación Ideas (socialista), recientemente publicado, los inmigrantes son responsables del 10% del PIB español y aportan 3.000 millones de euros cada año a la Seguridad Social. El informe va más allá. Afirma que el 60% del crecimiento de la economía española entre 2000 y 2010 se puede atribuir directamente a la inmigración, que además ayudó a incrementar el 32% la renta per cápita española. Es más, la actividad de los inmigrantes crea el 15% de los puestos del mercado de trabajo y permite la incorporación de la mujer española al mercado laboral y el desplazamiento de la población nativa hacia empleos mejor remunerados.
Si no creen a la Fundación Ideas, veamos qué dice la Fundación La Caixa (que no es precisamente de izquierdas), que ha publicado el estudio Inmigración y Estado del bienestar en España.
Según la Fundación La Caixa, los inmigrantes suman un 12% de la población... pero sólo consumen un 5,6% de los servicios públicos (en especial, sanidad y educación). El estudio destaca que la inmigración ha hecho posible dinamizar nuestra economía. Puede afirmarse que el 30% del crecimiento del PIB entre 1990 y 2010 ha sido consecuencia directa de la disponibilidad de mano de obra inmigrante.
Más y mejor: la mitad del superàvit de las finanzas públicas de los últimos años ha sido debida a los impuestos y contribuciones sociales de los inmigrantes, que se calcula en más de 5.000 millones de euros al año. Los inmigrantes son más jóvenes y su población tiene una tasa de actividad más alta que la población nativa, lo que mejora la relación entre la gente que cotiza y el número de pensionistas. Cuenta este informe que las cotizaciones de los inmigrantes han retrasado cinco años el posible déficit del sistema de pensiones ahora vigente.
El informe de la Fundación La Caixa acaba concluyendo que si hay problemas con los recursos sanitarios, la educación o las ayudas sociales es por falta de previsión, mala gestión e incompetencia de los gobernantes. Punto.
No son los primeros ni los últimos estudios que llegan a las mismas conclusiones sobre la aportación económica de los inmigrantes (o la mala gestión de la res publica). Quien alienta el racismo y el clasismo contra el inmigrante, tiene vergüenzas que ocultar, y eso va por todos.
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