Como en Cataluña, el Gobierno de España está en manos de un partido donde conviven elementos conservadores, neoliberales y unos cuantos elementos procedentes de la más tremebunda carcunda católico-patriótica.
Si la carcunda se mezcla con los conservadores, tenemos el típico ejemplar de líder patrio que se preocupa más por el matrimonio entre personas del mismo sexo que de la prima de interés de la deuda y que, en su fanatismo, se aproxima a la caricatura. El caso de don Josep Miró i Ardèvol, fundador de e-cristians tras sus segundas nupcias, es paradigmático. Alguno más se gana la vida de tertuliano en Intereconomía o en 13 TV. El personaje es molesto, a veces obsceno, pero si uno le deja ladrar, no muerde.
El caso más peligroso, sin embargo, es el de la carcunda implantada en el seno de un neoliberal de los que cree a pies juntillas que lo único bueno del Estado es que puede privatizarse y que uno es pobre porque es vago, no por fuerza. Si a un tipo así se le da poder, tiemblan hasta los dioses, porque éste ladra y muerde con todos los dientes.
La idea de cobrar la atención sanitaria a una persona que no ha regularizado su residencia en España es un dislate, una burrada. Sólo podía ocurrírsele a alguien que cree que los que vienen de fuera vienen a quitarnos lo nuestro, sea lo nuestro el trabajo, el pan para nuestros hijos, la cultura, las buenas costumbres, la paz y la tranquilidad de nuestras calles o el honor de nuestras hijas. A alguien que sostiene, por ejemplo, que los vecinos pasan el tiempo en la taberna mientras él es el único que da el callo, ¿verdad, señor Duran? ¿Se le han adelantado con la idea?
La ceguera que sufre un tipo así por culpa de las legañas racistas y patrióticas le impide comprender que la salud de las personas que viven en España es un derecho que recoge la Constitución y si me apuran, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Si no quiere hablar de personas y sólo de españoles, porque es idiota, le digo lo mismo. Porque la salud pública, que es la salud de todos, un bien público, sólo se garantiza cuando existe un sistema sanitario universal. Si sólo los españoles disfrutan de ese sistema sanitario, pero los que no son españoles, no, no puede garantizarse la salud pública. Es así. Punto.
Seamos egoístas. Los esfuerzos de un gobierno en salud pública tienen que favorecer a los más pobres, a los que menos tienen. Porque ellos viven en las peores condiciones, son los que se alimentan peor, los que enferman más y los que mueren antes. Abandonar a su suerte a los que menos tienen implica siempre una complicación en la salud pública (que es un bien común, repito, no personal) y no hay que esperar mucho para ver que no es un buen negocio. Si la sanidad deja de ser universal, los que quedan fuera de ella provocarán un empeoramiento de la salud pública. Reducir la inversión en salud pública tiene repercusiones directas en el crecimiento económico. Es así, es de perogrullo y no creo necesario extenderme demasiado en ello.
Dicho todo esto, no me esperaba que un gobierno cuya ideología es la carcunda y cuya práctica es el neoliberalismo feroz e indiscriminado, que da, ha dado y temo que dará tan pocas muestras de sensibilidad social, un gobierno como el de la Generalidad de Cataluña, decía, salga ahora diciendo que no piensa abandonar a los inmigrantes a su suerte (sanitaria). Porque el Gobierno de la Generalidad de Cataluña ha dado a entender que seguirá atendiendo como hasta ahora a todos los habitantes de Cataluña, sin que importe demasiado si han regularizado su residencia o no lo han hecho.
¿Cómo los atenderá? Todavía no lo sabe, no lo tiene muy claro, dice. Pero ¿los atenderá, realmente? No me atrevo a decir que sí; ha dicho que sí; ojalá que sí; pero...
Qué quieren que les diga. Lo confieso: no me lo esperaba. Menos, mucho menos, de don Baudilio, a. Bío Ruiz, que es tan absoluta y unívocamente partidario de privatizar la salud de las personas y es promotor de la tasa sanitaria del euro por receta, además de ser una mala persona.
Supongo que se habrán plantado contra la estupidez propuesta por el Gobierno de España, no porque sea una estupidez (que lo es), sino por llevarle la contraria. La resolución de los de Barcelona sostendrá esa dinámica que sostiene que lo malo sólo puede proceder de Madrid. Es una hipótesis razonable, la única que se me ocurre, pues, vistos los antecedentes del Gobierno de los Mejores, seguro que no lo habrán hecho pensando en el bien de los inmigrantes.
Sea por lo que sea, todavía consternado e incrédulo, escéptico incluso, me felicito por el resultado si de verdad la atención sanitaria en Cataluña sigue siendo universal.
Ahora bien, si ha sido todo un sacar pecho para hacer el gallito y luego si te he visto, no me acuerdo... Ay, si ha sido así...
We need to see that the political will to solve the crises remain as strong as it is. Spain has been doing much better than people realize even if there is a lot to do still.
ResponderEliminarPues se dice que la salud publica tiene que ser universal? vete a EEUU, a ver si es publica y universal , tienes que pagar si osi
ResponderEliminarEl gasto sanitario por habitante en los EE.UU. es el más elevado del mundo, con diferencia. Pero los indicadores de salud pública no son los mejores: esperanza de vida, enfermedades infecciosas, tratamiento de enfermedades crónicas, etc., están muy por debajo de otros países desarrollados. Eso es porque el sistema sanitario no es ni universal ni público, y es mucho más ineficaz para conservar la salud de los ciudadanos que la Seguridad Social europea, que es más barata. Eso dicen las cifras, y a ellas me remito.
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