Uno de los apuntes más visitados de El cuaderno de Luis es uno que comenta qué es un pie griego. Algunos pies tienen el segundo dedo más largo que el dedo gordo, que sería el primer dedo; se habla, entonces, de pie griego. No porque sea el pie más habitual en Grecia, que no lo es, sino porque es la morfología del pie que la estética clásica consideraba más bella.
Cuando surgió el Humanismo en la Filosofía y el Renacimiento en las Artes, regresó el pie griego como símbolo de perfección. Ya se daba entre las madonne góticas florentinas, pero los pies de Lippi, Ghirlandaio, Boticelli, Leonardo, Miguel Ángel y demás son clara e indiscutiblemente griegos, y son la norma. Ya sea por imitación, ya sea por convencimiento, esta morfología de los pinreles clásicos regresó para protagonizar las más asombrosas obras de arte que vieron nacer esos años tan crueles como magníficos.
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