El "informe TREPITJA"


¿Han oído hablar alguna vez del Informe PISA? ¡Seguro que sí!

Les hago notar que PISA suena igual que pisa, del verbo pisar. En catalán, sin embargo, PISA, de informe PISA, se dice PISA, y pisar, el verbo, se dice trepitjar, por lo que pisa, de pisar, se dice trepitja. En español, se dice informe PISA y en catalán, también. 

Pero Joana Maria Camps, consejera de Educación y Cultura de las Baleares no opina lo mismo. En una intervención parlamentaria, la señora Camps sorprendió a propios y extraños con las conclusiones del informe TREPITJA

Ante el asombro y pasmo del personal, la señora Camps iba diciendo, con ese acento mallorquín tan propio, con ese deje de consejera y ese salero y olé, que el informe TREPITJA esto, el informe TREPITJA lo otro y el informe TREPITJA lo de más allá. Del pasmo, a las risas. Al menos entre los periodistas, el cachondeo ha sido general y el pitorreo del informe TREPITJA va a durar años, como ése de los miembros y miembras de tan jocosa memoria.

Quedan muy claras algunas cosas: 

a) La señora Camps (o alguien en su nombre) escribe los discursos en español y emplea un traductor automático para pasarlos al catalán. 
b) Nadie corrige la traducción automática y así dice lo que dice. 
c) Hay que ser una consejera de Educación muy, muy, pero que muy inepta para no darse cuenta de que el informe TREPITJA es en verdad ¡el informe PISA! 
d) La competencia lectora de la señora Camps, consejera de Educación y Cultura, es pésima, pues da sobradas muestras de no saber lo que está diciendo. Podría haber estado leyendo las instrucciones de una lavadora a los señores diputados, que no se habría dado ni cuenta. (Probablemente, la mayoría de los señores diputados, tampoco, todo sea dicho.)

La oposición al actual gobierno mallorquín pide a gritos la cabeza de la señora Camps. Piden su inmediata dimisión; en su defecto, un cese inmediato, fulminante. Redundante, la inmediatez, pero contundente. No encuentro palabras para este despropósito, dice un diputado, las manos en la cabeza, descompuesto el rostro, con los surcos de las lágrimas en sus mejillas.

El follón ha sido de órdago. Tantas han sido las risas que la señora Camps ha tenido que pedir excusas en público. A su manera. Como comprenderán, fue un error, ha dicho. ¿Un error? ¡No me diga! 

Los periodistas ya dieron por supuesto que ella no había escrito el discurso. Será que la ven incapaz de ello. Por eso le preguntaron si no se lo había leído ella en privado antes de leer lo de TREPITJA a los señores diputados en comisión. Qué guasones, los periodistas. Qué mala leche Sí, lo leí, les ha respondido la señora Camps, como si nada. A fin de cuentas, ha finalizado, no es una palabra lo que cuenta, sino la gestión del gobierno. Así, con dos bemoles.


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P.S.: El informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (en inglés, Program for International Student Assessment, de ahí lo de PISA) se basa en unas pruebas estandarizadas para estudiantes de 15 años. La OCDE organiza estas pruebas cada tres años y se emplean para comparar la eficacia de los sistemas educativos nacionales en competencia de lectura, matemáticas y ciencias naturales. Hay quien critica la metodología del informe, hay quien considera que es lo suficientemente objetiva. No entraremos en esta discusión, pero el informe PISA es el principal argumento a favor (o en contra) de todas las reformas educativas locales, regionales o estatales en España.

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