Pilares de la política catalana


Periodistas catalanes. Doña Pilar es la de la izquierda.

Los periodistas en particular y los que trabajan en las cosas de la comunicación en general miran de reojo lo que sucede en internet. El otro día, un gran sabio dijo que la misión de los periodistas ya no es la de generar noticias, sino la de generar confianza. Porque nadie pude competir con las redes sociales a la hora de generar noticias, pero sí que puede señalar que los bulos y las noticias falsas corren por internet como Pedro por su casa, por docenas, imparables y dañosas. Eso que han dicho en Twitter ¿será verdad? Eso que dicen de Fulano ¿es cierto? 

En este mundo chismoso y mentiroso, un periodista es (tendría que ser) una referencia, alguien en quien confiar. Un periodista, si es un periodista de verdad, comprueba las fuentes, los hechos, investiga y verifica el relato, proporciona hechos que él ha verificado y que cualquiera podría verificar. También debería saber discriminar los hechos de las opiniones. Un periodista también tiene derecho a suponer y opinar, pero si es bueno, dejará muy claro qué es lo sucedido y qué piensa de ello, sin confundir una cosa con la otra. No hace falta que siga, porque sabemos que no siempre es así.

En el fondo, un periodista no es más que un correveidile, y lo digo sin ánimo de ofender. Si uno tiene, además, responsabilidades políticas o jurídicas, si se sienta en una cátedra o es una persona que tiene una gran influencia sobre la opinión pública, tiene que andar con pies de plomo en lo que dice y en cómo lo dice. No quisiera hablar de ética, porque me tomarían a risa, pero quizá convenga darle vueltas al daño que un personaje de éstos puede hacer propagando bulos. La verdad quizá no exista, pero la mentira es una peste que hay que evitar siempre y en todo lugar de la vida pública.

Doña Pilar, pilar y paradigma de la prensa catalana que nos ha tocado en suerte.

A modo de ejemplo, expondré el caso de doña Pilar Rahola, tertuliana a la que apodan la Verdulera por hortera y por sus gritos o Pilar Radiola por sus muchas, muchísimas, apariciones en programas de radio y televisión, en las que grita, grita y grita hasta desgañitarse. Aplica la máxima No dejes hablar a los demás y grita más que ellos para vencer en la discusión. Su mala educación es legendaria y desagradable. Se la compara con doña Belén Esteban, pero hay dudas sobre cuál de las dos es la persona más hortera o más grosera. En todo caso, Belén Esteban vende más libros. ¡Santo Dios! ¡En qué país vivimos!

Esta mujer, caricatura de sí misma, es la periodista más influyente de Cataluña, a decir de varios estudios sobre los medios de comunicación. Todo porque sus artículos y rebuznos aparecen en los periódicos y programas de radio y televisión de mayor difusión de buena mañana, a mediodía, por la tarde y de noche, constantemente. Empleada del grupo Godó, habitual en la radio y televisión de la CCMA, biógrafa de don Artur Mas, es una voz que destaca (desagradablemente) sobre todas las demás. 

Doña Pilar sentando cátedra, a gritos, naturalmente.

La única persona capaz de ponerse a la altura de doña Pilar, la señora Esteban.
Vende más libros, por cierto.

Dicho de otra manera, un día cualquiera en Barcelona es imposible sin tropezar con los gritos de doña Radiola si uno sintoniza con una emisora catalana de radio o televisión o se lee los periódicos (subvencionados) más vendidos en la ciudad. Esta realidad mueve a la desesperación. Uno desearía el diluvio, un borrón y cuenta nueva en mi país, Cataluña. La grita de doña Radiola es un argumento más a favor del exilio, si no el de ella, el de los demás.

Dios los cría y ellos se juntan.
La biografía oficial del jefe, por su segura servidora.

No sólo es la periodista (ejem) más influyente, sino que, además, don Artur Mas la escogió personalmente para a) escribir su biografía (donde doña Pilar hacía un juego de palabras con Artur Mas y el rey Arturo, el de Camelot, que ya son ganas) y b) formar parte del CATN, que se pronuncia catén y que es el Consejo Asesor para la Transición Nacional. (Transición Nacional quiere decir Independencia, en neolingua convergente.) 

Primera reunión del CATN.
Doña Pilar es la que grita, la segunda por la izquierda, con un vestido de discreto verde-azul.

Esta elección personal dice mucho de quién es el presidente Mas (también lo dice él mismo de él mismo en este enlace) y de qué es el CATN o de quiénes lo forman. Lamento poner en evidencia lo que significa que no encontraran a nadie mejor para el puesto, y vale lo dicho tanto para Mas como para doña Radiola. Diagnóstico: ¡Estamos perdidos! 

Hace pocos días, doña Pilar comenzó a gritar por ahí que el Tribunal Internacional de la Haya, en una sentencia sobre Kosovo, decía (copio): 

Sentencia de 22.07.10 del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya:

Declaramos que no existe en Derecho Internacional ninguna norma que prohíba las declaraciones unilaterales de independencia. Declaramos que cuando hay contradicción entre la legalidad constitucional de un Estado y la voluntad democrática, prevalece esta segunda, y declaramos que en una sociedad democrática, a diferencia de una dictadura, no es la Ley la que determina la voluntad de los ciudadanos, sino que es ésta la que crea y modifica cuando sea necesario, la legalidad vigente.

A sus gritos de ¿Lo ves? ¡Lo que yo decía! se sumaron los gritos de otros destacados personajes del transicionacionalismo catalán: Jaume Barberà, un periodista un tanto friqui, la señora Forcadell, agitadora social por encargo y el juez Vidal, el primero que empleó la cita para barrer hacia su propia puerta en público y notorio seminario del Colegio de Abogados. ¡Y tantos más que se sumaron! El texto se dió por bueno. Nadie verificó la fuente (publicada y de libre acceso en internet). 

El bulo que corría por la red, que doña Pilar dio por bueno.

Pero, ay, resulta que la cita era FALSA, y sigue siendo FALSA. El Tribunal Internacional de Justicia NUNCA dijo tal cosa. NO dice eso. Dice muchas cosas, pero no ésta. Si no me creen (les recomiendo que no me crean), pueden comprobarlo ustedes mismos leyendo la sentencia original, en: 

El tribunal no dijo lo que dijeron que dijo, pero no se cansaban de decir lo que no dijo. Pillados en falta, acudieron a la principal estrategia del transicionacionalismo catalán: ¡La culpa es, ha sido o será de Madrid! ¡No les miento! ¿Que corría una cita falsa del tribunal? ¡Fue Madrid quien hizo correr el bulo! ¡Si venía firmada por una asociación a favor de la transición nacional! ¡Fueron engañados! ¿No verificó la cita? Al final, se van señalando los unos a los otros: la cita me la pasó él (o ella). Tonto el último, que admite haber sido engañado (por Madrid), pero como actuaba de buena fe (sic), chis chas, curado, y aquí nos vamos todos de rositas, aquí no ha pasado nada y pelillos a la mar.

Ocurre que a estos personajes les duele más ser pillados en falta que faltar. El señor Barberà, en Twitter, se enrabió y denunció una conjura hispano-madrileña contra la patria, sin llegar a reconocer que no verificó la cita (y mira que era fácil verificarla). La señora Forcadell continúa en sus trece, todavía cree que el tribunal le da la razón, pero también cree en Arcadia, en el ratoncito Pérez y se le perdona. El juez Vidal calla (una sabia opción). La señora Radiola grita, grita y grita y véase su... ¿argumentación? ¿justificación? ¿disculpa? En todo caso, véanse sus reacciones (en catalán) en:

Mal perder.

Exposición argumentativa de doña Pilar, as usual.

Hay gente con mala fe que pretende liberar a doña Pilar de sus obligaciones políticas, puesto que una persona que miente con tanto descaro e insistencia (y no es la primera ni la segunda vez) no puede formar parte del catén. Cito (a modo de ejemplo): Si miente a sabiendas o por incompetencia, tiene que presentar la dimisión [del CATN]. 

Pero ¿por qué? No lo entiendo. Si usted quiere hacer daño al transicionacionalismo, ¡déjela hacer! Si quieren desprestigiar al CATN, denle alas a doña Radiola. Ella sola les proporcionará material de sobras para unas risas y además dificultará (con sus gritos y aspavientos) la labor de los restantes miembros del comité. ¿Cómo será una de sus reuniones de trabajo con doña Pilar metiendo baza? Digna de verse. 

Si fuera usted transicionacionalista, entonces sí que comprendo sus razones para pedir la dimisión (el cese fulminante, diría yo) de doña Pilar, pero créame, no me conformaría con eso. Visto lo visto, el CATN es un cachondeo y el Proceso (otro eufemismo) no se sostiene sobre los informes (eufemismo) de esta gente. Comprenderé su pena cuando exclame: ¿En manos de quién estamos, Señor? Aunque no comparta su ideología, comparto su desesperación.

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