Connivencia (I)

connivencia. (Del lat. conniventĭa). 1. f. Disimulo o tolerancia en el superior acerca de las transgresiones que cometen sus subordinados contra las reglas o las leyes bajo las cuales viven. 2. f. confabulación. (Real Academia Española).

Los últimos meses de CiU en el poder antes del tripartidismo fueron frenéticos. El señor Fernández Teixido (amigo y asesor empresarial de don Malchas Tetruashvili, cabecilla de la mafia rusa en España) ejercía de conseller de Trabajo, Industria, Comercio y Turismo; Oriol Pujol, hijo y nieto de los Pujol de Banca Catalana, era uno de sus secretarios generales. Don Josep Tous era entonces director general de Consumo y Seguridad Industrial.

Se publica hoy en prensa que estos caballeros, en 2003, decidieron prolongar la concesión de la inspección técnica de vehículos (ITV) hasta 2014 al Grupo Agbar (a través de APPlus) y a RVSA. Se adelantaron meses al plazo de renovación del contrato, una renovación que tendría que haber decidido el siguiente gobierno. Así que dejaron atada y bien atada la concesión, por si perdían el cargo. Tan bien atada que el Tripartito tardó seis años en poder romper el oligopolio de las ITV en Cataluña, sólo gracias a una ley del Gobierno de España.

Casualidad, pero la Fundación Ramon Trias Fargas recibió justo entonces una donación de 90.000 euros de Agbar y de 48.000 euros de RVSA, proporción que coincide, más o menos, con el número de estaciones de ITV que gestionaba cada empresa. La Fundación Ramon Trias Fargas era la fundación a través de la que Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) conseguía fondos... o los blanqueaba.

La Fundación Ramon Trias Fargas tuvo otros ingresos casuales. La empresa de seguros Catalana Occidente pagó 120.000 euros a la fundación entre 2003 y 2004, justo cuando obtuvo el permiso del gobierno de CiU para ampliar la estación de esquí de Baqueira Beret (propiedad entonces de la aseguradora) comiéndose un espacio natural de protección especial.

Más. FCC, COPISA y COMSA eran las empresas que se llevaban la mayor parte de las obras que GISA sacaba a concurso. Para quien no lo sepa, GISA es el ente que gestiona la obra pública de la Generalidad de Cataluña. Entre 1999 y 2003, FCC donó 60.000 euros a la Fundación Ramon Trias Fargas, COPISA, 60.000 más y COMSA, 160.000 euros a través de tres empresas filiales. ¡Qué casualidad!

Por aquel entonces, los mossos d’esquadra estrenaron coches de patrulla. El contrato de compra de estos vehículos, de poco más de dos millones de euros, se lo llevaron los concesionarios Motorsol y Autolica. Poco después, Motorsol y Autolica donaron 5.000 euros cada uno a la fundación de marras.

Según consta, treinta y cuatro empresas donaron más de dos millones de euros a la Fundación Ramon Trias Fargas entre 2002 y 2005. De éstas, veintiocho obtuvieron contratos de la Generalidad de Cataluña en 2002 y 2003. El mayor volumen de donaciones correspondía a empresas constructoras con contratas del Gobierno de la Generalidad de Cataluña y laboratorios farmacéuticos proveedores del Departamento de Salud.

Además, hay que contar con las donaciones y convenios de dos fundaciones más, que presidía el señor don Félix Millet: la Fundación Puig y la Fundación del Orfeó Català, a través de las que los convergentes recibían donaciones de otras empresas de manera más disimulada.

Ya sabemos cómo acabó el asunto de don Félix. Según se desprende del caso Ferrovial, una empresa que donó dinero a la Fundación Ramon Trias Fargas a través de la Fundación del Orfeó Català, la comisión era del 4% del contrato; la fundación convergente recibía un 2,5%; el resto, se lo quedaba el señor Millet (de ahí el escándalo, porque los convergentes se sintieron robados). Sin embargo, esto es un suponer, una casualidad, no pasa de sospecha, ¿verdad?

Pues, por si acaso, la familia del finado don Ramon Trias Fargas solicitó a CDC que cambiara el nombre de la fundación para no manchar la reputación, hasta ahora intachable, del apellido Trias Fargas (sic).

Ahora, la fundación se llama CatDem, de catalanismo y democracia. Bien podría llamarse ChanDin, de chanchullo y dinero, que es de lo que se trata, a fin de cuentas. La dirige un señor que dijo que el Parlamento de Cataluña no tenía autoridad moral para preguntar por las cuentas de la fundación (sic), un tal Colomines, ideólogo de CDC.

Mientras tanto, este fin de semana, CDC ha nombrado a don Oriol Pujol, hijo y nieto de los Pujol de Banca Catalana, secretario general del partido, y a los señores Fernández Teixidó (el amigo del mafioso) y Colom (que recibió veintitantos millones de pesetas de don Félix Millet sólo por ser un patriota, qué morro) pertenecen a su Consejo Nacional. Demasiadas caras conocidas, en ese consejo.

Para acabar, doña Margarida Gil. Había sido secretaria general de Trabajo cuando Fernández Teixidó era conseller. A los cuatro días de ser nombrado presidente de la Generalidad de Cataluña, en una ceremonia a la que invitó al señor Prenafeta, bajito, feo y corrupto, don Artur Mas nombró a doña Margarida Gil jefa del Gabinete Jurídico de la Generalidad de Cataluña. Lo primero que hizo la señora fue retirar las imputaciones que la Generalidad había hecho contra don Daniel Osàcar, tesorero de CDC, contra don Àngel Colom, responsable de inmigración en CDC, y contra don Pedro Buenaventura, antiguo directivo de Ferrovial, por razones jurídicas que no supo explicar en el Parlamento de Cataluña, porque le preguntaron por ellas.

En pocas palabras, la Generalidad de Cataluña deja de acusar a CDC de financiación irregular y renuncia a recuperar el dinero que les robó el señor Millet. Era de esperar, porque ¿quién tira piedras contra su propio tejado?

1 comentario:

  1. Estoy deseando que se abra el período de declaración de la renta para que todos estos señores puedan llevarse un pellizco de lo que, a buen seguro, me tocará pagar (a pesar de tener 4 hijos, una hipoteca y vivir fuera de España porque estos señores no hacen bien su trabajo).

    ¡Qué gusto da ir a trabajar cada día pensando que, con mi esfuerzo y dedicación, pago parte de las cuotas de los colegios de lujo a los que llevan a sus hijos evitando de este modo la inmersión lingüística que defienden para los míos!

    A todos los de Connivencia Democrática de Catalunya les deseo lo peor, quizás unos buenos ganglios inflamados y ennegrecidos a causa de una peste bubónica rabiosa, no sé...

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