Terrorismo de baja intensidad

Si un grupo de personas se reúne para organizar actuaciones que provoquen el terror entre los ciudadanos, o entre un grupo de ellos, hablamos de terroristas. Sus acciones tienen que ser contundentes y violentas, pues buscan atemorizar a unos, llamar la atención de los otros, minar la convivencia de todos y tensar la cuerda de la legalidad para que el sistema se resienta. Sus objetivos pueden ser lícitos o ilícitos, pues pueden rebelarse contra una tiranía o pueden querer imponer una.

Hoy en día, en España en general y en Cataluña en particular, estamos jodidos en serio, y perdonen la expresión, pero no hasta el punto de bautizar como tiranía nuestro sistema político, no hasta el punto de justificar el terror, aunque éste no provoque muertes (por ahora). Nuestros políticos son ineptos, irresponsables, mediocres y corruptos, de acuerdo, pero eso se combate con la ley en la mano y una actitud ciudadana crítica, exigente y responsable, no quemando contenedores y dando de puñetazos al encargado de una tienda que está siendo saqueada o incendiada. Eso es ser gilipollas y darle alas al que nos ahoga.

Ayer, en Barcelona, en el oásis catalán, los hechos demostraron una vez más que tenemos un problema de terrorismo de baja intensidad, fruto de muchas causas e hijo de muchos padres. ¿Qué vamos a hacer con él? ¿Derivará en algo más serio?

P.S.: La fotografía es una de una serie que hizo Joan Valls Bassa desde Vallvidrera, Barcelona, ayer.

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