El asunto de la sanidad pública catalana pinta bastos. Don Baudilio dice que aquí nadie va a notar nada, que ya verán ustedes qué bien. Pero don Josep Abelló, que es presidente de una patronal de centros concertados, le dijo a don Baudilio, a. Boi Ruiz, lo siguiente, y cito: Conseller, necesitamos que el discurso del Govern asuma abiertamente que las medidas de ahorro sanitario afectarán a los ciudadanos, a los trabajadores y a las empresas del sector.
Los planes de recorte en los hospitales públicos ruegan a los señores ciudadanos que no enfermen en verano, porque será entonces, entre julio y septiembre, cuando se reducirán a la mitad las operaciones quirúrgicas no urgentes (las que tienen lista de espera) y se cerrarán (sic) doce plantas de hospitalización en cada hospital público, además de prescindir de la contratación de 1.300 enfermeras suplentes, por eso de las vacaciones.
Los recortes van más allá. Don Baudilio quiere que todos los hospitales presenten una lista de servicios, operaciones quirúrgicas y pruebas diagnósticas que puedan ser suprimidas (sic). También quiere reciclar pañales y orinales, y utilizar instrumentos quirúrgicos y material sanitario reutilizable. A decir de médicos y enfermeras, algunas de las medidas de ahorro propuestas son una barbaridad, merman la calidad de la atención debida a los pacientes y aumentan el riesgo sanitario de un tratamiento. Lo que hay que recortar es la burocracia, insisten. El problema está arriba, donde siempre ha estado y sigue estando, no abajo.
La Asociación Defensor del Paciente se ha mostrado más radical. Ha escrito una carta a don Baudilio que las deja ir a gusto, pero maldito el caso que nos van a hacer a todos.
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