He dicho en alguna parte que si Libros del Asteroide no existiese, habría que inventarla. Gracias a esta editorial, ha vuelto a la vida parte de la obra de Manuel Chaves Nogales, un periodista de los de antes, un personaje honesto, claramente comprometido con la democracia parlamentaria (azañista, dicen algunos), que denunció la aberración totalitaria tanto del fascismo como del comunismo y acabó, cómo no, en el exilio, olvidado por muchos hasta hoy. Murió en Londres, en 1944, no sin antes escribir La agonía de Francia.
Como no hizo amigos ni entre las derechas ni entre las izquierdas, por llamar a las cosas por su nombre, nos hemos perdido todo este tiempo una obra muy interesante y lúcida. Prueba de ello es La agonía de Francia, donde se pregunta por qué Francia, la Francia republicana y adalid de la libertad y la democracia, se cayó, se rindió, se dejó aplastar por la barbarie del nazismo.
Más allá de las razones puramente militares, Francia acudió a la guerra siendo apenas una sombra de sí misma, sostiene Chaves, derrotada antes de conocer el campo de batalla, corrupta por dentro por los enemigos de la democracia, por una clase media que había prefería la paz a defender la libertad, por un comunismo entregado a Stalin y por una derecha ultranacionalista que veía el hitlerismo con buenos ojos. Poco más o menos, el asunto es éste que acabo de decir.
Esté uno de acuerdo o no con las tesis de Chaves, merece la pena prestar atención a lo que dice y sostiene. Al leer algunas páginas, se nos encoge el ombligo porque se mencionan asuntos de una actualidad pasmosa. Echando un vistazo alrededor, reconocemos algunos de los síntomas que Chaves señala como causas o consecuencias de la pérdida de fe en la democracia, del sometimiento del pueblo al totalitarismo. ¡Ojalá me equivoque!
Como no hizo amigos ni entre las derechas ni entre las izquierdas, por llamar a las cosas por su nombre, nos hemos perdido todo este tiempo una obra muy interesante y lúcida. Prueba de ello es La agonía de Francia, donde se pregunta por qué Francia, la Francia republicana y adalid de la libertad y la democracia, se cayó, se rindió, se dejó aplastar por la barbarie del nazismo.
Más allá de las razones puramente militares, Francia acudió a la guerra siendo apenas una sombra de sí misma, sostiene Chaves, derrotada antes de conocer el campo de batalla, corrupta por dentro por los enemigos de la democracia, por una clase media que había prefería la paz a defender la libertad, por un comunismo entregado a Stalin y por una derecha ultranacionalista que veía el hitlerismo con buenos ojos. Poco más o menos, el asunto es éste que acabo de decir.
Esté uno de acuerdo o no con las tesis de Chaves, merece la pena prestar atención a lo que dice y sostiene. Al leer algunas páginas, se nos encoge el ombligo porque se mencionan asuntos de una actualidad pasmosa. Echando un vistazo alrededor, reconocemos algunos de los síntomas que Chaves señala como causas o consecuencias de la pérdida de fe en la democracia, del sometimiento del pueblo al totalitarismo. ¡Ojalá me equivoque!
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