Wallander

Henning Mankell ha creado un personaje literario notable, el inspector Wallander, un policía sueco especialmente inteligente, pero que arrastra consigo problemas personales y de conducta. Así, de entrada, el pobre Wallander casi muere apuñalado en su primer caso, se divorcia de su primera mujer y no parece capaz de superarlo, su hija casi se suicida con quince años y mantiene con ella una relación difícil, su padre sufre demencia senil y se le muere, a él le diagnostican diabetes y dicen que en sus últimas novelas comienza a manifestar la enfermedad de Alzheimer. En un caso le acusan falsamente de brutalidad policial y arrastra una depresión por haber matado a un criminal en otro caso. Así se explica su afición al alcohol, su mala alimentación y falta de ejercicio, su carácter desabrido y difícil y el interés con que sus aventuras son seguidas por millones de lectores.

Un personaje de tales características es muy apetecible para protagonizar una película o una serie de televisión. Sueco el novelista y sueco el inspector, las dos primeras series para televisión y la primera película fueron suecas. Pero en 2008, la BBC inició la filmación de tres capítulos, que luego fueron seis (los tres últimos se han televisado este año), sobre el desgraciado inspector Wallander. Desembarcaron con todo el material y la artillería pesada. Utilizaron una camara digital de altísima resolución (la RED) y un magnífico director de fotografía. Kenneth Brannagh se metió en la piel del policía sueco y su interpretación rozó la perfección. El resultado es bellísimo (y triste y melancólico, por las características del personaje). Hoy pueden comprar o alquilar los seis capítulos de Wallander y ver cómodamente sentados en sus butacas la mejor televisión del momento. Disfrútenla.

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