Predicciones


2010 se nos está yendo de las manos y nos preguntamos cómo será 2011. Por eso consultamos a videntes y astrólogos, pero también preguntamos a los economistas. Pero hay que ir con cuidado, porque no dan pie con bola.

Por ejemplo, la patronal de constructores y promotores de la vivienda aseguró que 2010 sería el año de la recuperación del mercado, y ya ven ustedes. A día de hoy, el mercado de las hipotecas se ha reducido un 25% (un 30% en Cataluña) y la caída es tal que todavía no vemos el suelo. Se entiende que la predicción (muy discutida en su día) fue más un deseo que un pronóstico.

Los economistas, cuando quieren, son un poco más serios. Eso sí, tienen sus limitaciones y no puede uno fiarse de ellos si trabajan para el Financial Times. Además, utilizan un criptolenguaje. Si dicen que se aprecia un elevado potencial de mejora, apriétese el cinturón; si dicen que será necesario un ajuste, rece un padrenuestro, que nos caemos; si hablan de una revisión de las expectativas, nos vamos a pegar un batacazo... Si dicen que tranquilos, que todo irá mejor, es que ya no puede ir peor. Es una obviedad.

Los astrólogos de toda la vida no se ponen de acuerdo en algo tan simple como cuál es mi horóscopo. Como nací entrometido entre dos signos, siempre en medio, unos dicen que soy una cosa y otros dicen que soy otra. ¿Qué me predijeron estos cantamañanas para 2010? Unos me dijeron que se me presentaría una oportunidad que debería saber aprovechar, aunque haría bien en ser precavido. El signo vecino, en cambio, le daba la vuelta a la premisa: me recomendaba ser prudente, aunque podría presentárseme una oportunidad... En fin, para qué les cuento.

El horóscopo chino, en cambio, prometía. Me decía que era capaz de reunir cualidades afectivas y sexuales que me iban a convertir en un tipo irresistible. ¡Caramba! Pero ¡era y es tan evidente mi irresistibilidad...! En conclusión, tal predicción, aunque certera, no tenía mérito alguno. Pero tantas se hicieron que ¡alguna tenía que acertar!

En fin, que no tenemos ni idea de cómo será 2011. Yo lo veo... Así, a ojo, durará 365 días y un poquito más, y tendrá doce meses. Pero... No sé, no sé... Veo como una sombra... Aunque luego, una luz... Ha sido una nube al pasar.

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