Problemas de impresión


La Reserva Federal de los Estados Unidos tiene problemas de impresión. De hecho, quien los tiene es la Oficina de Grabados e Imprenta del Departamento del Tesoro. Desde hace unos meses, el Tesoro de los Estados Unidos ha estado trabajando en un nuevo billete de 100 dólares muy difícil de falsificar y carísimo, pues un billete sale a doce céntimos de dólar, cuando lo normal es que cueste cinco o seis.

Entre nosotros, los Estados Unidos de América hacía tiempo que pasaban vergüenza al comparar sus billetes con los nuestros. Los billetes del Banco Central Europeo daban vuelta y media a los billetes americanos, especialmente en cuestiones de seguridad. Pues ¡ahora verán!, dijeron, y hemos visto.

El Tesoro ha impreso 110.000 millones de dólares en billetes de 100 dólares nuevecitos, a prueba de falsificadores, terroristas y demás... pero un 30% de los billetes ha sido mal impreso. Parece ser que una máquina doblaba uno de cada tres billetes, que ha salido impreso con la mitad de una cara en blanco. Lo que es peor, el error de impresión ha sido aleatorio. Los funcionarios del Tesoro se enfrentan a un problema peliagudo: o tiran todos los billetes y vuelven a empezar, pero sin fallos de impresión, o cuentan a mano los billetes y separan los buenos de los malos. En el primer caso, se estima que la broma costaría al Tesoro de los Estados Unidos más de 264 millones de dólares, lo que cuesta imprimir tanto dinero... dos veces. En el segundo caso, los funcionarios del Tesoro estarían contando billetes uno a uno durante treinta años.

¡Qué difícil decisión, la del Secretario del Tesoro! Porque estoy seguro de que querría ver a más de uno diciendo este sí, este no, este sí, este también, este no, este sí, este no..., pero igual no le dejan.

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