De un tiempo a esta parte, el Departamento de Innovación, Universidad y Empresa de la Generalidad de Cataluña se había empeñado en hacer desaparecer, copio, los símbolos españolistas de las tiendas de souvenirs para turistas. Es decir, querían ver desaparecer los toros, las muñequitas de bailaoras de flamenco y los sombreros mejicanos (en cursiva porque, de hecho, no son mejicanos, sino típicos de la huerta murciana). La idea era sustituir estos iconos por otros que, copio, representarán la realidad catalana y hacer de la venta de souvenirs una proclama patriótica-didáctica.
El resultado ha sido... imprevisto. He visto con mis propios ojos una estatua de la Moreneta con un Copito de Nieve sobre las rodillas, sangría servida en porrón, toreros del Barça y bailaoras con barretina. La estrella, sin embargo, és el toro de Gaudí, un toro de toda la vida que en vez de ser negro, es de una imitación del trencadís (ese mosaico gaudiniano y colorista hecho de piezas de cerámica rotas). De hecho, el trencadís lo cubre todo: figuritas flamencas, una maqueta de la Sagrada Familia, una pitillera, llaveros... El hortera, o simplemente inefable mundo del souvenir es lo que tiene: cuanto más horroroso, mejor.
Pero en el Departamento de Innovación, Universidad y Empresa de la Generalidad de Cataluña no se rinden. Quieren que los fabricantes de souvenirs y las agencias de viajes vendan al turista incauto, copio, los auténticos iconos de Cataluña. El turista tipo es un personaje que sólo piensa en playa, sexo y alcohol, pero, por si acaso, Departamento de Innovación, Universidad y Empresa de la Generalidad de Cataluña ha publicado el Catálogo de Iconos Turísticos de Cataluña.
Para seleccionar cuáles tendrían que ser los iconos turísticos del país, han contratado los servicios del Institut d'Estudis Catalans, Fomento de las Artes y el Diseño, y el Museo Nacional de Arte de Cataluña y se han gastado cien mil euros (100.000) en seleccionar los 116 lugares, objetos, expresiones artísticas o lugares que representan Cataluña.
Como en el 1, 2, 3, responda otra vez.
El resultado ha sido... imprevisto. He visto con mis propios ojos una estatua de la Moreneta con un Copito de Nieve sobre las rodillas, sangría servida en porrón, toreros del Barça y bailaoras con barretina. La estrella, sin embargo, és el toro de Gaudí, un toro de toda la vida que en vez de ser negro, es de una imitación del trencadís (ese mosaico gaudiniano y colorista hecho de piezas de cerámica rotas). De hecho, el trencadís lo cubre todo: figuritas flamencas, una maqueta de la Sagrada Familia, una pitillera, llaveros... El hortera, o simplemente inefable mundo del souvenir es lo que tiene: cuanto más horroroso, mejor.
Pero en el Departamento de Innovación, Universidad y Empresa de la Generalidad de Cataluña no se rinden. Quieren que los fabricantes de souvenirs y las agencias de viajes vendan al turista incauto, copio, los auténticos iconos de Cataluña. El turista tipo es un personaje que sólo piensa en playa, sexo y alcohol, pero, por si acaso, Departamento de Innovación, Universidad y Empresa de la Generalidad de Cataluña ha publicado el Catálogo de Iconos Turísticos de Cataluña.
Para seleccionar cuáles tendrían que ser los iconos turísticos del país, han contratado los servicios del Institut d'Estudis Catalans, Fomento de las Artes y el Diseño, y el Museo Nacional de Arte de Cataluña y se han gastado cien mil euros (100.000) en seleccionar los 116 lugares, objetos, expresiones artísticas o lugares que representan Cataluña.
Como en el 1, 2, 3, responda otra vez.
A 862,03 euros por respuesta, díganme lugares, objetos, expresiones artísticas o lo que sea que representen Cataluña. ¡Tiempo! Tic tac tic tac... ¡La Moreneta! ¡La sardana! ¡El pa amb tomàquet! ¡La espardenya! ¡Santa María del Mar! ¡La Sagrada Familia! ... Tic tac tic tac... ¡La barretina! ¡El Cant de la Senyera! ¡El pantocrátor de Sant Climent de Taüll! ... ¿El qué? ... El pantocrátor, tonto. ... Ah... Tic tac tic tac... ¡La Rambla de Barcelona! ¡La Boquería! ... Y así hasta ciento dieciséis respuestas acertadas, a 862,03 euros cada una, ¡cien mil euros! [Aplausos.]
Han tardado dos años en completar el catálogo. Dos años... Ahora sólo queda imprimirlo y repartirlo en los hoteles, las agencias de viajes, etcétera, para que los turistas, completamente informados sobre los iconos del país, puedan comprar el toro de Gaudí sin remordimientos de conciencia y emborracharse a continuación, como es costumbre.
Han tardado dos años en completar el catálogo. Dos años... Ahora sólo queda imprimirlo y repartirlo en los hoteles, las agencias de viajes, etcétera, para que los turistas, completamente informados sobre los iconos del país, puedan comprar el toro de Gaudí sin remordimientos de conciencia y emborracharse a continuación, como es costumbre.
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