Charlie Rivel, Clos, Trias, una larga y magnífica tradición catalana.
El alcalde de Barcelona, que merece por ello el título de excelentísimo señor, es un tipo muy cachondo (coloquial para burlón, jocundo, divertido, según la RAE). Fíjense, si no.
Cuando hacía campaña en las elecciones municipales, va y suelta que Yo soy, en verdad, socialdemócrata. ¡Venga risas! Entonces, ¿qué hace en CiU? Convergència, respondió, es un partido progresista. ¡Qué pitorreo, madre de Dios! Suma y sigue, de ahí en adelante.
Ya les digo: Trias es un cachondo. En Barcelona nos reímos mucho con él, tiene el deje y la bis cómica del viejo vodevil, y una agudeza humorística difícil de igualar.
La última es verdaderamente cómica.
Después de la relaxing cup of café con leche, va éste y dice: Vamos a organizar las Olimpiadas de Invierno en Barcelona. ¡Así, con dos! ¡Qué risas! ¿Las de invierno? ¿En Barcelona? Ja, ja, ja... ¡Muy bueno!
Típico paisaje de invierno en Barcelona. En este caso, la plaza de Cataluña.
Prosigue el chiste, con un apunte de los gastos preolímpicos. Porque hay una comisión directiva (Ja, ja, ja) encargada de presentar el proyecto técnico de la propuesta preliminar de la candidatura Barcelona Pirineo 2022 (¡Paren, paren, que me meo!). Esta comisión estima que serán necesarios 1.749 millones de euros para poner a punto las infraestructuras entre Barcelona y el Pirineo (¿Mil...? ¡Ja, ja, ja!).
Una de las infraestructuras previstas: el Bicing con cadenas, por eso de la nieve.
Lo mejor viene ahora.
Trias, tan cachondo él, salió a la calle para pedir la independencia de Cataluña. Si lo hizo en serio o en broma, no sabría decirlo, porque al día siguiente hace público que el Gobierno de España tendría que poner 924 millones de euros en la candidatura Barcelona Pirineos 2022.
El personal se descojona. ¿El Gobierno de España...? ¿En 2022? ¿Todavía? ¡No puede hablar en serio!
En todo caso, que paguen ellos: 924 millones el Gobierno de España; 265 millones, la Generalidad de Cataluña; el Ayuntamiento de Barcelona, 51 millones.
Explosión de carcajadas. Bravo, bravo, ¡bravo!
Qué alcalde más cachondo, el de Barcelona. Podría hacer un dúo con Annie Bottle. Seguro que lograrían algo grande entre los dos.
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