El Roto, una de las voces contra el descalabro sanitario.
Con nocturnidad y alevosía, aprovechando el ruido de banderas, don Baudilio Ruiz, consejero de Salud, con el beneplácito del resto del Gobierno de los Mejores y a espaldas del Parlamento de Cataluña, por decreto y aplicando una política de hechos consumados, ha suprimido una de cada diez camas hospitalarias del Hospital Clínic de Barcelona, ha vuelto a rebajar el sueldo del personal (el equivalente a medio salario mensual, bruto) y ha conseguido que dejen de operarse en este hospital los implantes de prótesis de cadera, por ejemplo.
Este personaje es nocivo para nuestra salud, pero es consejero de Salud.
La decisión se ha hecho pública, sin previo aviso, el día 12 de septiembre. Repito: sin consultar al Parlamento de Cataluña, de forma discrecional, porque lo digo yo. El responsable directo, don Baudilio Ruiz; cómplice, el gobierno. El objetivo final, privatizar el Hospital Clínic. Lleva tiempo denunciándose y no parece que a nadie le importe. Se echa tierra encima de este asunto cada vez que se pregunta por ello.
Lo que hace el Gobierno de la Generalidad de Cataluña con el Hospital Clínic es una canallada, algo ruin y tramposo que costará millones y millones de euros a los catalanes, y algunas vidas. Es un verdadero escándalo que el socio del gobierno, ERC, no mueva un dedo en este asunto, es repugnante. Es igualmente lamentable que la oposición en pleno no pida explicaciones.
Hospital Clínic de Barcelona, entrada principal para el público.
En Madrid, una privatización de menor enjundia que ésta, ha acabado paralizada en los tribunales y ha provocado huelgas y revueltas entre médicos, enfermeras y ciudadanos. Los periódicos no hablan de otra cosa. En Cataluña, destrozan la sanidad pública con saña y nadie mueve un dedo. NADIE. Las víctimas, al matadero y calladitas.
Los que se benefician, un reducido número de profesionales y empresarios afines a CDC. Los que salimos perdiendo, los catalanes. Una menor y peor asistencia sanitaria que nos costará muchos, muchos millones de euros. El ruido de banderas oculta el siseo de las víboras.
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