La Segunda Guerra Mundial es, para los rusos, la Gran Guerra Patriótica. Tienen sus razones para llamarla así. Es más, tienen todo el derecho del mundo a llamarla como quieran. Porque la mitad de los muertos en la Segunda Guerra Mundial, la mitad, repito, fueron ciudadanos de la URSS.
El 22 de junio de 1941, hace ahora setenta años, los stuka alemanes se echaban encima de los aeródromos rusos, los panzer se abrían paso por la frontera y las granadas alemanas causaban las primeras bajas en el Ejército Rojo y la Milicia. En diciembre, los alemanes habían llegado a las puertas de Moscú y Leningrado, habían tomado Kiev, Minsk, Rostov, Jarkov... El Ejército Rojo había perdido el 90% de sus tanques, artillería y blindados, el 85% de sus aeroplanos, había perdido ejércitos enteros, centenares de miles de hombres habían muerto o habían caído prisioneros en pocos meses...
La Unión Soviética superó la durísima prueba. Los sacrificios del pueblo soviético y el heroísmo del Ejército Rojo no admiten discusión. Quince millones de civiles murieron a manos de los nazis en el frente del Este. Para intentar evitarlo, más de diez millones y medio de soldados soviéticos murieron en el frente (un tercio de ellos, en los campos de prisioneros alemanes).
Por su parte, los alemanes perdieron casi cinco millones de soldados en esta trágica aventura, en esta abominable locura. Nueve millones de alemanes huyeron al final de la guerra de la Prusia Oriental (el mayor exilio de la historia), pero nos resulta difícil dar una cifra aproximada de las bajas civiles alemanas causadas por el Ejército Rojo. Cientos de miles, seguramente, los últimos meses de la guerra.
Es cierto que luchó Stalin contra Hitler, pero también es cierto que venció el soldado de a pie, el campesino, el obrero... No es propaganda socialista, no se confundan ustedes; es el homenaje, triste, a un pueblo que sufrió lo indecible por culpa de la barbarie y la sinrazón de unos y de otros. Estas cosas, sencillamente, no tendrían que suceder.
Lamentablemente las guerras no siempre las escriben los vencedores. Este es el caso más palpable, denigrante, y en el fondo vergonzoso de cómo occidente ha venido manipulando, y sigue manipulando la historia(vean la serie Apocalipsi). La voz de la antigua URSS no se ha dejado oír en occidente, incluso hoy se quiere condenar al ostracismo una verdad que todos sabemos y no queremos reconocer, pues la guerra la ganaron ellos y la padecieron ellos. Incluso esa parte terrible de la guerra que hasta los niños conocen a la perfección, merced a la película semanal que sobre el "tema" nos ponen en la tele; a los "diarios", "memorias" y documentales,
ResponderEliminartodos con un claro fin ideológico, no hacen más que confirmar la verdad, pues muchísimas de esas pobles víctimas eran ciudadanos de la ex-URSS. No hay una victoria que no fuese achacada a la ayuda americana e inglesa (imaginen un Sherman, Churcil o Crusader intentando seguir a un T-34 por un cenagal lanzados al ataque sobre las defensas nazis); Una conquista que no fuera seguida de brutales violaciones; una toma de prisioneos alemanes sin un recuento puntual de los pocos que tras largos y penosos años de cautiverio volvieron para contarlo...Sirva para recapacitar que no sólo eran tropas alemanas las que se propusieron "exterminar a los infrahombres y a su régimen abominable". Occidente tiene mucho que callar. En cuanto a ideología, todos deberíamos saber cuál profesaba la mayoría de los militantes de la resistencia de los países ocupados ocupados. Los "demócratas" se amoldaron bastante bien, y no digamos de muchos de sus soldados y mandos...En fin: para no acabar de contar.