Nuestra televisión de pago

La radio y la televisión en España facturaron en 2010 6.711,5 millones de euros, un 12,4% más que en 2009. Pero, atención. De esos 6.711,5 millones de euros, 2.288,8 millones corresponden a subvenciones del Estado y de las Comunidades Autónomas.

En detalle, el modelo de financiación de las televisiones públicas en España provoca estupor.

La Corporación de Radio y Televisión Española (CRTVE) estrenó en 2010 un nuevo modelo de financiación que parece muy razonable. Suprimió la publicidad en la cadena. A cambio, se cobra un cánon a las televisiones privadas y a los operadores de telecomunicaciones en función de su facturación radiotelevisiva. Como se calculó mal la facturación de estas empresas (sic), la CRTVE tuvo, en 2010, un déficit de unos setenta millones de euros. Después de tantos quebraderos de cabeza que ha dado la financiación de la CRTVE durante tantos años, tiene bemoles que hayan calculado mal el cánon el primer año, pero, tan acostumbrados como estábamos a déficits multimillonarios, de vértigo, la cifra nos parece pequeña (cuando no lo es). Y no incluimos la partida de la CRTVE de los Presupuestos del Estado.

Ahora bien, el déficit medio anual de una corporación de radio y televisión autonómica, de una sola de ellas, es el doble que el de la CRTVE. El doble, han leído bien. Dos veces mayor. En algunos casos (el catalán, por ejemplo), es cuatro veces mayor.

El sector en general ha tenido que adaptarse a dos realidades. Una, que la CRTVE ya no emite publicidad; dos, que la TDT ha llenado nuestros televisores de muchísimos canales y baja la audiencia media por canal (aunque una misma televisión pueda tener varios canales). Si sumamos los canales de pago, que han contratado más de cuatro millones y medio de españoles, habremos completado el resumen. La facturación por publicidad ha disminuido un 2,1% en 2010.
Las cadenas privadas en abierto ingresaron un 0,9% menos por los anuncios, y los canales de pago también disminuyeron sus ingresos (aunque se ha incrementado el número de abonados). Las cadenas privadas facturaron 2.133 millones de euros en 2010.

El caso es que las cadenas públicas facturaron 2.289 millones de euros (que provienen, en su mayor parte, de los presupuestos de cada comunidad autónoma o del Estado) y recibieron 2.288 millones de euros más en ayudas públicas y subvenciones para tapar su déficit. ¡Caramba! Restando el déficit de la CRTVE, que es un universo mundo en sí mismo, las cadenas autonómicas necesitan para funcionar el doble de presupuesto que todas las cadenas privadas... y tienen una audiencia inferior al 11%, de media (sumando todos sus canales).

Léase así: facturando dos de cada tres euros que facturan la radio y la televisión en España, euros que son de Hacienda, sólo consiguen la atención de uno de cada diez españoles. ¡A qué precio...!

Las aportaciones por hogar a la televisión autonómica son muy altas. Si la CRTVE nos cuesta unos 60 euros por hogar y año, las televisiones autonómicas gastan todas por encima de los 125 euros por hogar y año.

De mayor a menor coste por hogar: 294 en las Islas Baleares; 279 euros en el País Vasco; 212 en Aragón; 207 en Cataluña; 197 en Andalucía y 190 en la Comunidad Valenciana. Las que menos gastan por hogar y año son 129 euros en Madrid, 137 euros en Extremadura y 140 euros en Asturias. Los castellano-leoneses, los cantábricos, los navarros y los riojanos no tienen televisión autonómica... y no pasa nada.

No es éste un fenómeno estrictamente español. El coste de la televisión pública alemana está entre los 150 y los 200 euros por hogar y año, con una audiencia semejante a la española. El modelo alemán comparte con el español una televisión pública estatal y una red de televisiones públicas regionales. El coste es similar. Sin embargo, cabe añadir que los ingresos de un hogar alemán superan notablemente los ingresos de un hogar español. Por lo tanto, su televisión es (relativamente) más barata.

En Francia, Italia y el Reino Unido, el coste de la televisión pública no supera los 150 euros por hogar y año, y la audiencia media de todas las televisiones públicas supera claramente las audiencias medias alemanas y españolas. En estos países, la estructura de la televisión pública es centralizada (estatal). Además, el modelo de financiación británico es muy original y un día hablaremos de él.

¿Suprimimos las televisiones autonómicas? ¿Nos quedamos con una estructura centralizada? No sé si tendríamos que llegar tan lejos, pero tendríamos que tener una estructura de la televisión pública mucho más racional y ajustada a nuestra realidad económica. El coste por hogar y año de las televisiones autonómicas del País Vasco, Aragón, Cataluña, Andalucía o Valencia es más elevado que el coste de todas las televisiones públicas por hogar y año en Alemania... y no somos Alemania. Es evidente que no.

En 2010, se inició el programa de recortes en la sanidad pública, la educación o los servicios sociales, por no hablar de la justicia. Sin embargo, las subvenciones a las televisiones autonómicas se incrementaron por encima del 54%. Han leído bien, por encima del 54%. Cayendo chuzos de punta sobre el personal, los paraguas se destinan al NO-DO de los gobiernos regionales. Y tantos neoliberales como abundan en estas comunidades, ninguno privatiza la televisión que le ha tocado en suerte. Manda güevos, tanta coherencia.

A mí, personalmente, todo esto me parece una burrada. Alguien se ha vuelto loco. No sé qué pensarán ustedes, pero a las cifras me remito.

1 comentario:

  1. Todo esto es un despropósito carísimo.

    Por mi, que cierren todas las cadenas autonómicas y que con el dinero ahorrado subvencionen la sanidad, la educación o, directamente, el constante aumento de mi biblioteca particular.

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