Pesadilla sociológica

El Centro de Estudios de Opinión de la Generalidad de Cataluña (CEOP) ha publicado el último estudio sobre la percepción política de los catalanes. Una lectura de los resultados de la encuesta, que está hecha con todo el rigor posible, pone de manifiesto que los catalanes mentimos como respiramos, al menos en política. El fenómeno no es exclusivamente nuestro. En España, los expertos en sociología política se dan con un canto en los dientes cada vez que hacen encuestas de intención de voto.

Pondré un ejemplo, que no pretende ir a favor o en contra de nadie, pero sí ilustrar la magnitud de la tragedia a la que se enfrenta un intérprete de encuestas. El ejemplo es la percepción que tienen los catalanes en edad de votar del partido que ahora gobierna en la Generalidad de Cataluña, CiU.

Según los catalanes, o lo que dicen los catalanes, mejor dicho, CiU es de derechas. En números redondos, el 60% de los catalanes considera que es de centro derecha, derecha o extrema derecha; además, otro 20% considera que es de centro, lo que, si no viene a ser lo mismo, es casi lo mismo. Se añade a esta cifra que casi la mitad de los catalanes se siente próximo o muy próximo al ideario de CiU, que es el partido que se lleva la palma en la proximidad ideológica con el catalán medio. Pero... He aquí la prueba del nueve: menos de un 15% de los catalanes se declara de centro derecha, derecha o extrema derecha; la media de los catalanes cae hacia la izquierda, significativamente.

En pocas palabras, el catalán tipo es afín a un partido que él mismo califica claramente de derechas, con el que está de acuerdo o muy de acuerdo, que además vota y apoya, pero se dejará pisar un callo antes de considerar que tal comportamiento es propio de un votante de derechas, porque él, el catalán tipo, es de izquierdas, mire usted por dónde. No me negarán que el asunto tiene su enjundia.

Lo dicho, los sociólogos del país tienen todos problemas de identidad, y sírvanse ustedes del juego de palabras como prefieran.

1 comentario:

  1. ¡Magnífica entrada, amigo mío, magnífica!

    Hoy tenemos a Pascal Bruckner en Bucarest, un filósofo que ha dado muchas vueltas al buenismo (tu entrada no de deja de ser un ejemplo de ello). Sólo he podido verlo de lejos pues el público abarrotaba la sala, sin embargo, me alegra saber que a la gente todavía le interesa la filosofía, aunque sea tan políticamente incorrecta. Pero, ¿acaso no lo fue también Sócrates? (salvando las distancias)

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