Asteroide publica Una temporada para silbar (The Whistling Season, 2006), de Ivan Doig, traducida por Juan Tafur. Una vez más, Asteroide echa mano de la literatura norteamericana, tan desconocida en Europa.
Una temporada para silbar pertenece a un género americanísimo, ése que narra las aventuras de un niño en la América campestre, idealmente situada en un pasado ni muy próximo ni muy lejano, una Edad de Oro de la mitología norteamericana. Mark Twain consagró el género con dos monumentos literarios, Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn. Ivan Doig sigue sus pasos a su manera, situando al protagonista en Montana, en 1910. Como no iba a ser menos, la novela esconde algunos capítulos de la biografía del autor que, como el protagonista, vivió en Montana y quedó muy pronto huérfano de madre. La historia transcurre con amabilidad, con interés, con sorpresa final, y contiene la carga de nostalgia suficiente para dar sabor sin ser empalagosa.
Si bien flojea en algún punto (en mi opinión, hacia el final), se lee muy bien, apetece leerla y deja un buen recuerdo. Una lectura ideal para el verano.
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