Un amigo mío me ha llamado para ponerme sobre aviso. Fue a comprar el almuerzo en el pueblecito donde veranea y pudo escuchar la siguiente conversación:
---¿Cómo está tu perrito? ¿Ya come?
---Ah, sí, ya come. Ahora es un perrito antropófago.
Mi amigo regresó a su casa con el susto en el cuerpo, no fuera a tropezar con el perrito de la señora del súper y tan pronto se encontró a salvo y bajo techo, avisó a las autoridades del peligro y luego me lo contó a mí. A la espera de una pronta resolución del caso, comunico la alarma a mis lectores.
Perro antropófago haciendo la digestión.
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