La primera vez que un indígena suburense me dijo: Mira, ése es nuestro alcalde, tuve la impresión de vérmelas con Mortadelo, el personaje del genial Ibáñez. Así es: el alcalde de Sitges, Miquel Forns, tiene una tirada a Mortadelo que no me la quito de la cabeza, lo siento. Me lo recuerda cada vez que lo veo.
El gobierno municipal de Sitges, formado por Mortadelo y Filemón.
A lo que íbamos, el socio de Mortadelo tiene que ser Filemón, y entonces Filemón será alguno del PP de Sitges. Los periódicos mencionan a tres regidores del PP, pero como no les tengo pilladas las caras, no sé quién podría ser, éste, ése o aquél. ¿Hay alguno calvo con dos pelos? Como no me atrevo a tomar partido, serán los Filemones.
Como ven y podrán seguir viendo, la política suburense navega en un mar de complicación extrema y delirante, propia de un tebeo pasado de vueltas.
Seis baldosas separan a Mortadelo de Filemón.
A Filemón le sentó muy mal que Mortadelo actuara sin preguntar y sin permiso. Se quejó en voz alta. Dijo que con Mortadelos como éste, ser Filemón es un ejercicio difícil. Así que, en vez de enviarlo a tomar viento, hizo lo que hacen los políticos, iniciar un período de reflexión, que es dejar pasar el tiempo para que no se note que Mortadelo y Filemón siguen siendo amigos, pese a todo.
Política municipal suburense.
Campaña contra el mosquito tigre.
Pero la política suburense es otra cosa. Aquí es Mortadelo el que pide ayuda a Filemón, la consigue, se aprovecha de ella, luego le da una puñalada por la espalda y cuando Filemón se queja, zas, pum, patapum, Filemón recibe por todas partes y por partida doble. Los suburenses ¿han perdido el guión? No, sólo lo reinventan. Son creativos.
Véase, si no me creen. El Ayuntamiento de Sitges ha publicado esta nota de prensa (en catalán). Creo que es única en su género y muy rara en el ámbito municipal español. Merece ser conocida. Traduciré la nota haciendo grandes esfuerzos para no corregir su puntuación (a veces, deficiente) ni otras peculiares formas de expresión del texto. Perdonen si no lo consigo.
Jorge Carretero, Ferran Ignasi Llombart y Francisco Castillo [los Filemones] serán suspendidos de las atribuciones delegadas, la dedicación y el sueldo mientras se prolongue su período de reflexión anunciado el pasado 30 de julio.
El cuerpo del texto se explica mejor. Dice:
El alcalde de Sitges Miquel Forns [Mortadelo], ha firmado en fecha de miércoles 14 de agosto del 2013 el Decreto Núm. 414/13 según el cual retira temporalmente las atribuciones delegadas, la dedicación y el sueldo a los tres regidores del PP, Jorge Carretero, Ferran Ignasi Llombart y Francisco Castillo [los Filemones], que forman parte del gobierno de Sitges. La decisión se ha tomado después de que el pasado 30 de julio, los regidores del PP comunicasen públicamente que se tomaban un período de reflexión después de que el Pleno Municipal del pasado 29 de julio aprobase el cambio de nombre de la calle y la plaza Espanya.
La nota prosigue dándole la palabra a Mortadelo:
Según el alcalde, Miquel Forns [Mortadelo], "desde la alcaldía y el resto de miembros del gobierno hemos estado respetuosos con la decisión del grupo municipal del PP. Pero entendemos que una vez pasado un tiempo prudencial, el gobierno de Sitges no puede estar en situación de provisionalidad y dar una imagen de interinaje en competencias tan importantes como la gobernación, el turismo, la empresa y la movilidad. Necesitamos el 100% de compromiso público de todos los miembros del gobierno".
Cerrado el discurso de Mortadelo, la nota concluye:
Una vez finalizado el período de reflexión anunciado por los tres regidores, el alcalde Miquel Forns [Mortadelo] retornará las atribuciones a los tres regidores en caso que decidan continuar en el gobierno de Sitges. La suspensión temporal de atribuciones comportará que, durante este períodos, el propio Alcalde y el resto de miembros del gobierno, asuman las funciones que hasta el día de hoy ostentaban los regidores Jorge Carretero, Ferran Ignasi Llombart y Francisco Castillo [los Filemones].
En pocas palabras, Mortadelo ha puesto a Filemón de patitas en la calle y si y sólo si se arrepiente de haber dudado del buen hacer de Mortadelo, sólo entonces le volverá a pagar el sueldo y le dejará entretenerse con el gobierno municipal. También da a entender que los Filemones son tontos como un zapato, pues no pueden reflexionar y hacer su trabajo al mismo tiempo.
Eso me hace preguntar si será tanto trabajo el que exige tanta dedicación y obcecación que impide opinar, pensar o criticar, o si estos caballeros están tan poco habituados a opinar, pensar o criticar que, cuando opinan, piensan o critican, no pueden hacer otra cosa porque les come todo el tiempo.
Descarto la segunda opción: en Sitges todo el mundo (repito: todo el mundo) opina, piensa o critica varias veces al día lo que hacen los del Ayuntamiento, y son capaces de opinar, pensar o criticar a favor o en contra, indistintamente, repetidas veces al día, sin que nadie les pregunte, pero siempre en voz alta. Los indígenas suburenses tienen esta extraña habilidad.
Pero también tengo que descartar que sea tanto el trabajo que dice Mortadelo que hacen los tres Filemones. Mucho no será porque Mortadelo se ocupará de todo mientras los tres regidores se preguntan si se la dejan meter doblada y pagan la vaselina o se retiran del gobierno municipal. Como Mortadelo no es un superhombre, sino una persona normal y corriente, y puede hacer su trabajo y el de tres Filemones sin despeinarse, se deduce sin dificultad que en el Ayuntamiento de Sitges no pegan palo al agua ni los regidores ni el alcalde.
A raíz de esta profunda meditación, llego a pensar (no sé si acertadamente) que se trata de una simple (y agria) pelea de matrimonio por el cepillo de dientes. Por un quítame allá esas pajas, se llega a mayores con la facilidad propia de quien tanto se quiere que acaba odiándose.
Vayamos a la conclusión.
Piensen lo que quieran, pero lo siguiente es innegable:
a) Son personajes de tebeo, pero no siguen el guión.
b) Visto desde fuera, el espectáculo es indecente y ridículo, y me quedo corto. Con la de problemas que tiene Sitges a cuestas y van éstos y se pelean por gilipolleces, hasta el punto de poner el gobierno municipal a colgar de un hilo por algo que no importaba a nadie. Aunque, en el fondo, eso es lo que se espera que hagan Mortadelo y Filemón. Quien vota a Mortadelo y Filemón no puede esperar nada más ni mejor de ellos.
c) También es curioso que los lectores de tebeos del resto de España se tomen el asunto tan en serio, cuando es evidente que la política en Sitges lleva mucho tiempo siendo un esperpento. Pero éstos también son personajes de caricatura, cegatos muchos, que no ven lo que tienen delante de sus narices, como el abracadabrante Rompetechos, o de ésos que lo arreglan todo, dejadme a mí, y acaban liándola, como Pepe Gotera y Otilio.
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