¡Vengan las chirimías!


Tocan y tocan y tocan sin parar, las chirimías al andar.

Aunque me ría de ellas, señalando su estridente son, las chirimías (en catalán, gralles) son la firma sonora de la Fiesta Mayor. No se concibe una cosa sin la otra. La Fiesta Mayor sin chirimías quedaría desprovista de alma. Las chirimías sin Fiesta Mayor son como el dentista sin anestesia.

No sé en otras partes, pero los indígenas suburenses sienten por les gralles (las chirimías) y los grallers (los que tocan las chirimías) una pasión sin igual. En el concierto de chirimías que abre los actos multitudinarios de las festividades dedicadas a San Bartolomé, se presencian actos de arrebatamiento místico entre el público cuando tal o cual colla de grallers (agrupación de chirimías y tamboriles) alcanza un agudo impensable, pongamos por caso. Así es, no bromeo. Saltan lágrimas de ojos vidriosos y vítores de gargantas que gritan hasta el ahogo. Uno piensa que es el calor, el alcohol y la deshidratación, pero también es una emoción que, en palabras de sus protagonistas, sale de muy adentro.

Más preocupante resulta que el indígena auténtico es capaz de volver a escuchar el concierto no una, sino dos o tres veces más, por televisión, ya sea porque lo ha grabado en vídeo, ya sea porque las televisiones locales lo retransmiten varias veces (repito: varias veces) en diferido. Un servidor de ustedes, un urbanita desligado del folclore, de cualquier folclore, contempla con pasmo (y cierto temor) esta manifestación local.

Una pausa, en la sortida d'ofici.
Llevan soplando 24 horas y faltan 12 horas más de chirimías.

Casi todos los bailes y entremeses (excepto los que cargan pólvoras) se hacen acompañar de chirimías. El soplador de chirimías pasa dos días soplando y soplando las mismas melodías, luchando para tocarlas cada vez mejor, adornándolas aquí o allá. Hay que reconocerle tesón y sacrificio, hay que aplaudir sus esfuerzos y saludarlo con agradecimiento, como merece.

Que perdonen mis risas y que reciban mi enhorabuena y mi reconocimiento. Sin ellos, nada sería lo mismo.
 

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