En San Sebastián, que en vasco llaman Donostia, los Reyes Magos las pasaron canutas la noche pasada, la que fue del 5 al 6 de enero. Hacía frío, llovía, y la cabalgata de Sus Majestades atravesó mares de paraguas. El reparto nocturno tampoco fue fácil, según declararon a la agencia de noticias Camel News Today.
Pero eso no es nada en comparación con el feo que hicieron los munícipes donostiarroeuscaldunes de tendencia nacional y socialista (o nacional-socialista, según se mire la ideología que los parió), que se negaron a recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar en el Ayuntamiento por ser, se cita, un símbolo monarquico y españolista, ahí queda eso.
Era tradición en la ciudad que el Salón de Plenos quedara reservado para los Reyes Magos la tarde del día 5, para que los niños que no habían acudido a Correos pudieran entregar las cartas en propia mano a Sus Majestades. Pero Juan Carlos Izaguirre, el personaje que ahora ejerce de alcalde donostiarra, utilizó los eufemismos para referirse al caso. Él, Izaguirre, no quería hacer distinciones ni cometer agravios con el Olentzero, y por eso se negó a ceder el Ayuntamiento, para dejar todo el protagonismo a los niños.
El Olentzero es una figura mitológica vasca equiparable al Hombre del Saco. Es un carbonero que la noche de Navidad pasa por las casas, deja regalos a los niños buenos y se lleva a los malos en el saco, dejando carbón a cambio. Comparado con Papá Noel, que no conoce el carbón, o con los Reyes Magos, que sólo lo transportan ocasionalmente, el Olentzero es mucho más peligroso, porque los niños que no son euscaldunes ¿son buenos, malos o simplemente tontos?
Pues no sé yo, qué quieren que les diga. Pero sí sé que el señor Izaguirre presume de euscaldún y aunque al Olentzero sí que le cedió un local municipal, hay que añadir que tampoco quiso tratar con él. Tampoco le recibió, y eso que el Olentzero es tan euscaldún como el ahí va, pues. Se presume que el señor Izaguirre no quiere saber nada del Olentzero, de Papá Noel, de los Reyes Magos o del Hombre del Saco porque, ay, se porta muy mal y les tiene miedo. O eso, o es gilipollas.
El tal Izaguirre no sólo es gilipollas, también es una mala persona.
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