Caca y carbón


MKB GmbH
División de Distribuidores Camelleros
Departamento de Reclamaciones
Oasis de Kimera
Oriente

Estimados señores,

Me dirijo a vds. con pesar, pues se ha producido un grave error en el reparto camellero de la Noche de Reyes, al que añadir algún percance que lamento ahora y enumeraré en breve. Espero que este aviso sirva para reparar el daño moral causado y restablecer el estado de las cosas que se había previsto en mi pedido, núm. de reg. 1164-948-BCN.

En primer lugar, queda constancia del paso de los camellos de su Servicio de Distribución. La lechuga del frigorífico, con la que pretendía obsequiar a mis invitados en un opíparo banquete, ha sido devorada prácticamente toda, y he podido encontrar restos que me indican que quién la devoró fue un camello que penetró en casa por el balcón. La plasta de dicho camello depositada en medio del salón confirmó mis sospechas iniciales. Es una hermosa plasta, de considerable diámetro, que ha sido adornada con una tarjeta que reza la siguiente frase: Niño malo, y firma M, K & B.

En segundo lugar, me confirman desde el aparcamiento que todavía no ha llegado el Ferrari SA Aperta que les había solicitado por escrito en el mencionado pedido. En vez de ello, el vigilante del aparcamiento me ha notificado la aparición de un saco de carbón con una tarjeta a mi nombre, que repite el mismo mensaje que la tarjeta encontrada en el salón de mi casa.

Mi consternación se incrementa cuando descubro que mi agente de la propiedad inmobiliaria me confirma que no sabe nada de esa villa en el Belvedere florentino, pero que ha recibido un billete de su empresa donde se dice que los niños malos sólo merecen caca.

Es evidente que se ha cometido un error, no me cabe la menor duda. Por eso, amparándome en el capítulo 27, artículo 48, párrafo tercero, del tercer libro del contrato rubricado y firmado con MKB GmbH, División de Distribuidores Camelleros, solicito de ustedes una segunda evaluación de mi caso.

Resta a su entera disposición para lo que fuera menester y espera una pronta y satisfactoria resolución del caso su más seguro servidor,

Luis Soravilla.

P.S.: El Ferrari, rosso corsa, no se olviden.

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