Cómo recortar pacientes (cerramos a las cinco)

Aplicar las tijeras indiscriminadamente en el sistema sanitario público puede provocar lo que le sucedió al señor don F.R., de Tarragona, según denuncia El País.

El señor R. ha tenido mucha suerte, porque vive para contarlo. Sufrió un infarto (noté un fuerte dolor en el pecho...), avisó a una ambulancia y ésta se presentó quince minutos más tarde. Lo llevaron al servicio de urgencias del hospital Joan XXIII, de Tarragona, donde llegó a las cuatro y media de la tarde, pero no pudieron atenderle hasta las cinco. En mala hora infartó el señor R.

El señor R. no llegó a salir de la ambulancia, donde lo medicaron contra el dolor, se encomendaron a todos los santos y enfilaron la autopista en dirección a Barcelona, pies para qué os quiero. Llegó al Hospital de Bellvitge dos horas después de haber sido recogido por la ambulancia en su casa. Allá le detectaron una trombosis, entró en la unidad hemodinámica de urgencias y le hicieron un cateterismo cardíaco in extremis. Gracias a Dios y a la pericia del personal médico, se salvó. Mentar a Dios no ha sido en vano, porque los médicos explican que el señor R. se salvó de puro milagro.

El suceso merece una explicación más detallada sobre uno de los extremos, la hora. La unidad hemodinámica del Hospital Joan XXIII de Tarragona cierra a las cinco. Sí, sí, han leído bien: cierra a las cinco. Si la unidad de hemodinámica cierra a las cinco, eso quiere decir que el último paciente que puede ser atendido es el que entra a las cuatro, porque un cateterismo cardíaco, como ése que salvó la vida del señor R., dura entre media y una hora, y preparar el quirófano lleva su tiempo. Cuando diagnosticaron la trombosis coronaria al señor R. (las cinco de la tarde), ya no había tiempo para volver a abrir el quirófano y los médicos tuvieron que enviarlo deprisa y corriendo a Bellvitge y cruzar los dedos.

Pero ¿por qué cierra la unidad hemodinámica de la provincia de Tarragona a las cinco de la tarde? ¿Qué ocurre con los enfermos que sufren un accidente coronario por la tarde? ¿Se mueren o qué?

El jefe de cardiología del hospital, el doctor Bardají, asegura que esto no ocurría antes de los recortes, porque la unidad de hemodinámica tenía un horario más flexible (ésas son sus palabras). Quiere decir que el quirófano de la unidad hemodinámica estaba siempre a punto, y si no había un médico de guardia en urgencias, lo habría en cardiología, listo para intervenir en cualquier momento. Ahora, no. Rece al santo de su devoción para no infartar después de comer en la provincia de Tarragona, porque tiene usted números de quedarse ahí para siempre.

El doctor Bardají explica cuán crítica es esta situación. Asegura que no actuar contra un trombo en menos de dos horas es poner en severo riesgo la recuperación del paciente, si no directamente su vida. En general, cuanto antes se atienda un infarto, mayores posibilidades hay de salir con bien de ésa.

Pues, fíjense en lo ocurrido este año recién pasado. En Tarragona, el hospital Joan XXIII atendió 80 infartos. Pero 200 tarraconenses tuvieron que ser trasladados a Bellvitge para ser atendidos... porque la unidad de hemodinámica del Joan XXIII había sido recortada (cerrada, quiero decir).

Que venga ahora don Baudilio, el conseller de Salud, y nos cuente por dónde cae el ahorro en este caso, y luego, si tiene huevos, y perdonen la expresión, que vuelva a decir que la política de racionalización de costes (recortes) que propugna a golpe de tijera en ningún caso pone en riesgo la vida de los pacientes. Seguro que será capaz de decirlo, ¿acaso lo dudan?

Pues, ¿saben qué afirmo en voz alta y públicamente? Que don Baudilio miente. Es un mentiroso; eso es lo que es, un mentiroso, o algo mucho peor.

P.S.: El dibujo es de Farreres, dibujante de El Periódico.

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