El Puente de los Asesinos

El señor don Arturo Pérez-Reverte, que por ser académico debe de ser ilustrísimo señor don o algo por el estilo, tiene sus seguidores y yo me cuento entre ellos desde que leí la primera edición de El húsar, hace ya mucho tiempo. Durante estos años de lector pérezrevertiano, he leído alguna obra maestra y alguna obrilla floja de bríos y falta de sustancia; pero las más de las veces, las páginas de don Arturo, permítame la libertad de llamarle así, me han hecho disfrutar de la lectura y algunos de sus artículos, en los que tira con bala y mala leche, también, y mucho.

Don Arturo demuestra que uno puede escribir un best-seller y darlo a leer sin pasar vergüenza. Aunque tendríamos que buscar un palabro para no tener que decir best-seller, ahora que pienso. En fin, ya se verá.

El personaje más famoso de Pérez-Reverte es el capitán Alatriste, un soldado de fortuna en la España de Felipe IV. En la serie de aventuras del espadachín, las hay buenas y no tan buenas, como no iba a ser menos, pero El Puente de los Asesinos es de las primeras, vive Dios. Los lectores que conocen al capitán se moverán en el terreno de costumbre, lleno de conjuras y lances de filosas, que se resolverán a tajos y cuchilladas, pardiez, como buenamente se pueda y uno espera, y no se sentirán defraudados.

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