¡Qué va a ser copago, hombre! ¡No diga tonterías!

¿Saben aquél de don Baudilio que va a visitar a la ministra?

Pues, la visita y a la salida, va el conseller y dice a la prensa: No es copago, es un tiquet moderador de la demanda.

Risas. ¡Qué palabras que inventa don Baudilio...!

Los periodistas vuelven a preguntar por el copago. Y va el conseller y dice: Es una tasa administrativa por la emisión de recetas electrónicas y no un porcentaje sobre el precio del medicamento.

Más risas, porque don Baudilio está que se sale.

¿Y si la receta no es electrónica?, pregunta un periodista. ¿Se cobrará la tasa?

Don Baudilio mira a uno y otro lado, pillado en falta. Responde que todavía no se ha establecido el mecanismo que se utilizará para cobrar la tasa... el copago, entiéndanme... y que tampoco sabe muy bien quién pagará por qué... Vamos, que busca el auxilio de la ministra, para que ésta le eche una mano, pero la ministra está en sus cosas y el asunto se cierra con otra frase de don Baudilio, que hace de la necesidad, risas: No supondrá en ningún momento una limitación económica para quien no disponga de ese euro a la hora de acceder a un medicamento.

No, no será una limitación económica no disponer de un euro. Será, acaso, una limitación metafísica, ¿no? Qué cabrón que es don Baudilio...

Mientras don Baudilio se negaba a llamar a las cosas por su nombre, el Ministerio de Sanidad filtraba un informe sobre este polémico asunto. Parece que don Baudilio no lo tendrá fácil para imponer su idea.

Dice el informe, copio: Corresponde al Gobierno de España establecer la cuantía de aportación de los usuarios de la sanidad pública en prestación farmacéutica. Eso ya se lo habían dicho a don Baudilio, que por eso se niega a utilizar la palabra copago y utiliza palabros y filigranas como tasa administrativa o tiqué moderador de la demanda.

Ni con ésas. El ministerio responde a la trampa con contundencia: El cobro, en una comunidad autónoma, de una tasa a los usuarios del Sistema Nacional de Salud por cada receta que se dispense es contrario a la ley. No se cortan un pelo al enumerar las leyes que se pasaría por el forro don Baudilio de tasar las recetas: la Ley 29/2006 sobre garantías y uso racional de medicamentos y productos sanitarios, la Ley 16/2003 de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud y un Real Decreto (el 1030/2006) que especifica y regula los servicios comunes del Sistema Nacional de Salud.

El resumen es que la tasa de don Baudilio introduciría condiciones de desigualdad entre españoles en el acceso a la prestación farmacéutica. Poco más hay que decir.

Sí, una cosa más. En El País le preguntan a un experto en derecho administrativo, el señor Valero. La respuesta del señor Valero es un encogimiento de hombros. Viene a decir que tanto da llamarla tasa, copago o nanianananiana... que es lo mismo, y es la Administración del Estado la única que puede variar las condiciones de acceso a los medicamentos de todos (o algunos) españoles.

Pero don Baudilio no se rinde. Él, a lo suyo, a desmembrar lo único bueno que teníamos en Cataluña, la sanidad pública.

No hay comentarios:

Publicar un comentario