Ediciones de Bolsillo edita varios títulos de Ernest Hemingway (1899-1961). Fiesta es uno de ellos. La novela se publicó en 1926 y fue la primera novela publicada por su autor (y quizá una de sus mejores). Su título original era ése, Fiesta, pero Ernest Hemingway le puso un título en inglés, The Sun also Rises, sacado de un verso del Eclesiastés, porque dijo que sus compatriotas eran incapaces de comprender la importancia y la transcendencia de la fiesta de los toros.
Fiesta es una novela que rompió muchos moldes cuando se publicó por vez primera, lo que tiene su mérito, porque el joven Ernest la escribió con apenas veintiséis añitos. Narrada en primera persona, se asienta sobre los diálogos para desarrollar tanto la trama como los personajes. No hay concesiones a la reflexión, la descripción o el curso de los pensamientos de tal o cual; todo es simplemente acción. Su paseo por París salta de bar en bar y de café en café, ofreciéndonos una verdadera guía de viaje bohemio sobre el París de los años veinte. Retrata a los personajes secundarios con una frase, y no dedica mucho más tiempo a los principales. Ya habrá tiempo de conocerlos por lo que hacen después.
Años más tarde, los best-sellers americanos (y luego, los europeos) copiarán algunos de los trucos de Hemingway. Pero Fiesta no es un best-seller, sino un libro mucho más serio. Su argumento es simple, o poco más o menos. No lo desvelaré. Sólo diré que un grupo de amigos que le dan a la botella con insistencia, los representantes de una generación perdida, norteada, ebria, que viven de rentas o de gorra en París, deciden hacer un viaje a España para pescar truchas y disfrutar de las fiestas de San Fermín, en Pamplona. En ese escenario festivo, saltarán las chispas entre ellos. Fin.
Es notabilísimo el contraste entre las escenas digamos normales y las escenas de la fiesta. Cuando aparecen los toros, Hemingway da lo mejor de sí. De repente, la prosa del escritor da un salto, cambia, profundamente además. El efecto dramático sobre la narración es impresionante, porque el contraste entre una cosa y la otra es el núcleo del libro, casi su razón de ser.
Dicen que Fiesta es autobiográfica. Bastante, sí, pero sólo hasta cierto punto. Fiesta le costó un divorcio a Hemingway, y dejar su trabajo de periodista durante un año, que pasó con apuros para escribir su novela. Valiente, el torero Hemingway.
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