Sajalín Editores publica No hay bestia tan feroz, de Edward Bunker, traducida por Laura Sales Gutiérrez. Es una novela negra, que dicen ahora, sobre un delincuente peligroso que sale de la cárcel en libertad condicional. El tipo sale a la calle con la manifiesta intención de no volver a delinquir, pero Los Angeles... En fin, ya saben, y no diré nada más para no chafarles la guitarra.
El señor Bunker es una leyenda entre los novelistas y guionistas americanos que se dedican al relato policíaco. El señor Bunker (que falleció en 2005) ha sido escritor, guionista, ocasionalmente actor, y también había sido detenido por atraco a mano armada, tráfico de drogas y extorsión. Su historia, al menos la primera mitad, es turbulenta, dígase así. Como su formación literaria la llevó a cabo en prisión, donde leyó todo lo que se le puso por delante, su prosa no admite concesiones, sabe de lo que está hablando y encima, bravo, lo hace bien.
No hay bestia tan feroz (No Beast so Fierce) es de 1975, y parece recién escrita, pero mejor. Luego, el señor Bunker estuvo a punto de ganar un Oscar (marca registrada) por el guión de El tren del infierno, de Konchalowski (1985), hizo del señor Blue en Reservoir Dogs, de Quentin Tarantino (1992), uno de sus más fervientes admiradores, y asesoró a Michael Mann en Heat (1995), tal dice la solapa del libro.
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