Un toque de atención

Hace unos días, esta semana, el señor Duran hizo unas declaraciones racistas. Dijo, entre otras lindezas, que tener como vecinos a unos inmigrantes hace que baje el valor de la vivienda de uno, que tenerlos en la escuela hace que los niños aprendan menos y sean más burros, y que los niveles tan altos de fracaso escolar en Cataluña tienen que ver con tanto niño de fuera. No tuvo suficiente con los inmigrantes que vienen aquí; también se metió con los inmigrantes que se quedan allá. Así, arremetió contra los campesinos andaluces y extremeños, que se pasan el día en la taberna y no trabajando, dijo, como los catalanes, que sólo van a la taberna en las fiestas y días de guardar. Concluyó, en suma, que hay demasiados inmigrantes, que sobran en España y que ya está bien de andarse con chiquitas con el tema, que falta mano dura. La culpa del desaguisado la tienen el PP y el PSOE, un poco más el PSOE que el PP, matizó, porque también confesó que Zapatero le propuso ser ministro y él, ay, se sacrificó por la patria, le dijo que no y se quedó tan contento.

El público aplaudió a rabiar. Era el Fórum Barcelona, un coloquio que organiza La Vanguardia para esa clase de sabios que se deleitan escuchándose a sí mismos decir lo que creen que la gente quiere oír. Naturalmente, La Vanguardia no citó estas declaraciones tan enjundiosas, qué iba a citar. Chitón.

No es la primera vez que el señor Duran enseña la patita, como en el cuento de los siete cabritillos y el lobo. Según cuentan sus compañeros de coalición, presume de conocer el problema de la inmigración sólo a través del servicio doméstico (sic), y todo hace pensar que mentar a la chacha en público le parece gracioso.

Si les parece insustancial el caso de la criada, piensen que el señor Duran también ha defendido actuaciones muy censurables de los alcaldes de Salt o Vic, que incluían arrogarse competencias sobre inmigración propias del Gobierno o prohibir la construcción de lugares de culto que no fueran católicos. Además, ¡cuántas veces no ha salido por ahí criticando la pereza endémica de los campesinos andaluces...! Consulten la hemeroteca.

Era previsible que la oposición se llevara las manos a la cabeza y que los sindicatos y algunas organizaciones hayan acusado al señor Duran de haber dicho barbaridades y de ser un (asqueroso) racista. También era previsible (que no razonable) que el señor Sánchez-Llibre argumente ahora que el señor Duran ha sido malinterpretado. Pues, no sé yo, señor Sánchez-Llibre, que sus palabras eran muy claras y si dijo lo que dijo y resulta que quería decir otra cosa, que se lo haga mirar. Porque, una de dos, o padece algún síndrome de disociación del lenguaje, pues piensa una cosa y dice otra, o se le escapó lo que pensaba estando entre amigos.

Pero la crítica más feroz ha venido de donde no la esperábamos.

La señora doña Carme-Laura Gil, una antigua consellera de Educación y alguien en CiU, tiene un blog y las palabras del señor Duran le dolieron como una patada en las tripas. No se lo pensó dos veces y ha publicado una entrada que se titula (traduzco) El populismo y el discurso sobre la inmigración de Duran.

Comienza la señora diciendo que la política vive horas bajas y que el populismo viene a ocupar su lugar. Define el populismo como (traduzco) un mensaje primario sin ninguna clase de elaboración intelectual, que destila racismo, xenofobia, rechazo a la diferencia.

Sigue: El populismo es desvergonzado, se fundamenta en las tripas y no en la reflexión, se apoya en la miseria intelectural y la pobreza económica. El mensaje, simple y grosero, pero con un eco social nada despreciable, se extiende en expresiones sutiles o descarnadas en los discursos y programas de los partidos políticos con un modelo de sociedad, con ideología. El populismo no tiene ideología, pero su contacto envenena. Y desgraciadamente ha envenenado el buen discurso de CiU por boca de Duran i Lleida.

Más: Desconcertada, he escuchado las palabras de Duran, que lidera una formación que se identifica como demócrata-cristiana y es la voz de CiU en el Congreso. El inmigrante puede tolerarse como sirviente de la burguesía de los barrios altos, pero no en la escuela ni en el vecindario. Son palabras durísimas, extravagantes, erróneas, insultantes, populismo en estado puro.

Añade: Cuando Duran ha asumido el discurso de la soberbia anti-inmigración, argumentado con los tópicos del populismo más rechazable cuando habla de la convivencia o más ignorante cuando habla de la escuela ¿qué dudas no hemos de sentir sobre nuestro voto?

Acaba así, después de meterse con Albiol, uno del PP que también se las trae, diciendo que Duran es como Albiol, pero calvo.

Traduzco: El populismo se presenta como un «ismo» del pueblo, pero es una enfermedad endémica del sistema democrático, una célula destructiva que se alía con el malestar de la calle o de una calle y se disfraza en un partido. El buen discurso político-electoral de Duran está, desgraciadamente, infectado de populismo, hay que reflexionar y extirpar la enfermedad de raíz, CDC no tiene que permitir la infección político-social. Es necesaria una rectificación sincera y ejemplar. No es éste el discurso ni de CDC ni de un partido demócrata catalán. Así no se ganan votos, se pierden y con ellos las lealtades. Hay que mantenerse atentos y no dejar caer en el vacío el espacio honorable de la política.

Caramba con la señora doña Carme-Laura Gil... He intentado puntuar las frases que ha escrito, pero al final me he cansado, pero puntos y comas aparte, dice lo que dice y no parece contenta con el señor Duran. Sólo me sabe mal una cosa, que no se acuerde también del contrato del inmigrante que se sacó el señor Mas de la manga. Pero una cosa es meterse con el putañero calvo y otra, con el jefe.

Lo de putañero calvo, perdonen la nota, lo dijo un notario al que, cuando pillaron haciendo trampas, el señor Duran y sus amigos promovieron al Consejo General del Poder Judicial, ahí es nada. A las hemerotecas me remito.

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