Lo dábamos por perdido y apareció

Sí, señoras y señores, damas y caballeros, lo dábamos por perdido y apareció. Hablo de dos ejemplares de la somareta del Montsant, o Steropleurus panteli, por llamarlos más exactamente, un bicho macho y un bicho hembra, que pertenecen a la familia los Tettigoniidae, ortópteros. Como hay 52 especies de Tettigoniidae solamente en Cataluña, y cinco de ellas del mismo género (el Steropleurus) que la somareta del Montsant, ¿hay para tanto?

Pues, parece que sí. Porque, a la prensa me remito, el bicho ése se daba por perdido. Los dos únicos ejemplares conocidos están todavía pinchados en un alfiler, en un museo de Madrid, y hacia poco más o menos un siglo que nadie más los había visto, aparte de la señora del plumero, ésa que quita el polvo a las colecciones de cucarachas. Ahora, se ha publicado una foto del insecto y se ha armado la marimorena. El bicho, que sólo se da en el pequeño y limitado ecosistema de las montañas del Montsant, y que sólo ha salido de ahí atravesado por un alfiler, ha sido hallado de nuevo.

Entre nosotros, si cada vez que me ven me capturan y me empalan para exhibirme en público, yo también me escondo.

No es exacto que no se veía ninguna somareta del Montsant desde 1899, cuando fue descrita por el señor Navàs, entomólogo. En 2000, don Joan Barat capturó uno de estos bichos y lo describió en varias publicaciones especializadas. Sin ir más lejos, resumió su descripción en la siguiente publicación: Barat, Joan. 2004. Descripción de Steropleurus eclipticus sp. n. (Orthoptera: Tettigoniidae: Ephippigerinae) del Sistema Ibérico, Zaragoza (España). Boln. S.E.A., nº 34 (2004) : 1 – 7.

Además, ¿cómo sabemos que el bicho de la foto es realmente una somareta del Montsant? Según dicen los entomólogos, se distinguen de otras somaretas por los dientes interno y terminal de los cercos, vaya que no son puñeteros, lo entomólogos. Así, a simple vista, no sé yo si los dientes interno y terminal de los cercos van para arriba o para abajo, mire usted.

Sea como sea, es cosa de mucho mérito fotografiar un insecto muy raro del Montsant, que es un sitio particular y pequeñito, una somareta a la que no se le veía el pelo desde hacía mucho tiempo. Además, nos puede el sentimentalismo y un insecto catalán que se daba por perdido y hoy aparece, en plena recesión y decadencia del país, tiene un punto de emoción patria que no está mal. Es una metáfora invertebrada. El hijo pródigo de la entomología nacional ha vuelto.