Leo en la prensa que se ha dado la orden de alto a un eufemismo. Quiero decir que se ha detenido la remodelación de los museos de Sitges siguiendo un plan del arquitecto Hernández-Cros. ¿Será verdad?
El proyecto semeja más un derribo que otra cosa, y la piqueta ha arrasado los museos y la casa Rocamora. Todo ¿para qué? ¿Para alzar un proyecto arquitectónico que, en el mejor de los casos, sólo podía calificarse como vulgar? Vulgar en grado superlativo.
De la casa Rocamora sólo queda la fachada anterior; del Cau Ferrat y del Maricel, no sé lo que queda. En todo caso, han padecido muchos daños y algunos, irrecuperables. Además, el presupuesto se ha ido de madre.
Pero, gracias a Dios, alguien ha dado la orden de alto, dicen los periódicos. ¿Será verdad?
Si lo fuera, maldición por la tardanza. Si no lo fuera, apaga y vámonos. En cualquier caso, eso nos pasa por descuidar el patrimonio durante muchos años y luego querer ser más modernos que una monja yeyé. La estulticia no conoce límites y Atila hubiera sido más considerado... y posiblemente más barato.
Un servidor, qué quieren que les diga, se pregunta triste si todo esto no podrían haberlo pensado antes. ¡Cuántos disgustos nos habríamos ahorrado!
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